Los medios de comunicación de gestión empresarial y algunos de características sociales, se han transformado en árbitros (Observador Trascendente) y promotores de la discusión, pero imposibilitando en toda ocasión diálogo reflexivo, y que permita describir emergencias políticas de futuro, y de conformación de redes sociales, más allá de las que virtualmente permite la tecnología.
Estos medios de comunicación se han enfocado en iniciar discusiones con preguntas reiterativas y redundantes, la intención es hacer prevalecer la opinión del medio de comunicación de gestión empresarial, para concretar finalmente un acuerdo comunicacional acorde a las líneas editoriales y empresariales de esos medios, y así gestionar e incidir en los aspectos políticos y de obra del gobierno.
En estos casos, los medios de comunicación han ocupado el camino de no participar ni tomar parte del diálogo reflexivo, porque esto les permite aumentar las suposiciones, rumores y en base a esas figuraciones o conjeturas, como fue el caso de la Revista “Qué Pasa”, incrementar sólo juicios e impulsos en sus páginas editoriales.
En efecto, las páginas de la Revista “Qué Pasa”, y la supuesta denuncia en contra de la presidenta Bachelet, dio cuenta que llegó la hora de despedirse del sueño de la objetividad, porque ya no es necesario tener un observador para dar cuenta de algo efectivo, de un hecho concreto, y esto se debe a que operó la mirada de sesgo político que la mencionada revista, y otros medios árbitros no quieren reconocer. Ellos no tuvieron a un observador en aquel hecho, ya que les interesó sólo la instalación de una discusión con un fin de trasfondo político suspendiendo todo diálogo.
Por tanto, ese árbitro, invento del proyecto moderno, no podrá desde ahora en adelante ocultarse en objetividades periodísticas, porque tendrá que reconocer las intenciones de defensa de intereses políticos individuales y de intereses de su bolsillo, y no de defensa de un proyecto colectivo, ciudadano, como debería ser en una sociedad de características postmodernas y democrática.
Hay que tener cuidado, porque los medios árbitros tratarán de reducir el mundo, simplemente porque ellos lo quieren para sí, y para convertirlo en un producto de limpieza de hogar, y cuidado, lo harán cambiando el sentido común de las cosas.
Por Sergio Reyes.
Periodista colaborador de Crónica Digital
Santiago de Chile, 21 de junio 2016
Crónica Digital