Muchos han rasgado vestiduras por la libertad de prensa en estos días. Los mismos que controlan casi todos los medios y que han hecho invisible la huelga de hambre que por más de un mes llevan adelante cuatro ex presos políticos en pleno centro de Santiago (Plaza Brasil).
La situación de los ex PP es dramática. Hace algunas semanas falleció una que recibía la miserable “pensión” de algo más de cien mil pesos. Como esto jurídicamente es un subsidio y no una pensión propiamente tal no tuvo derecho a servicios fúnebres y hubo que llevarla al camposanto en una camioneta.
El sistema Prais permite atención en salud gratuita en calidad de indigente.
De todos los países que sufrieron dictaduras militares la peor reparación es la chilena, lo que contrasta vivamente con la situación económica de nuestro estado y las millonarias remuneraciones que se auto atribuye la casta política. Ningún de los enriquecidos con fondos públicos estaría allí se no hubiera habido chilenos que asumieron todos los riesgos y que soportaron en carne viva el costo de la dignidad.
Ser opositor a la dictadura era meterse en camisa de once varas. Pero si tenías la mala suerte de caer preso, luego de recibir los peores tratos y crueles y degradantes que se puedan imaginar, entrabas a listas negras, de partida ningún organismo estatal o municipal te iba a dar trabajo. Todos los ingresos eran visados por la Central Nacional de Informaciones (CNI).
Las grandes empresas tenían sus propias listas negras.
Nadie salía como había entrado a la prisión política. No sólo eran las huellas de los cuerpos lacerados. Muchos ex pp no cuentan todo lo sufrido. Porque es como volver a vivirlo.
La prisión política reventaba la vida, muchas familias sucumbieron.
La indolencia del gobierno es irritante. Hacen el cálculo pérfido que nadie ha muerto en Chile en una huelga de hambre, así que basta con invisibilizar el movimiento.
Muchos miles de chilenos sufrimos la prisión política. Las cifras oficiales son un pálido reflejo de lo ocurrido.
Los sistemas de calificación están muy permeados a la corrupción, yo conozco personalmente dos casos de participante directos en la represión como el ex capitán de Carabineros Carlos Gaete Manríquez y el ex teniente coronel de Ejército Patricio Kellet Oyarzún ( procesado actualmente por torturas por la Corte de Apelaciones de Valdivia) que reciben millonarios beneficios. Sergio Onofre Jarpa instigador del golpe y Ministro del Interior de la dictadura recibe millonaria pensión como exonerado político.
Ahí están esos compatriotas en su invisible huelga de hambre. Ya no son los jóvenes de antes pero su dignidad está intacta.
Por ROBERTO AVILA TOLEDO- EL CLARIN
Santiago de Chile, 11 de junio 2016
Crónica Digital /EL CLARIN