La corrupción volvió a merodear el ámbito del Ejército deChile con una acusación directa al excomandante en jefe del Ejército Juan Miguel Fuente-Alba, a quien se acusa de un presunto enriquecimiento ilícito.
La primera reacción del Gobierno fue subrayar que si se comprueban los delitos, “se aplicarán las sanciones que correspondan”.
Al mismo tiempo, el ministro de Defensa, José Antonio Gómez, apuntó que se requiere una investigación profunda y advirtió que si hay delitos deben aplicarse las sanciones correspondientes.
Un proceso contra Fuente-Alba fue abierto por la Fiscalía de Chile por el supuesto enriquecimiento que le permitió acumular un patrimonio de más de tres mil millones de pesos chilenos (unos 4,5 millones de dólares) en los últimos 10 años.
De todas formas, el ministro Gómez comentó a la prensa que espera que este asunto no perjudique a las Fuerzas Armadas chilenas en su conjunto, ni al Ejército en particular.
Las fuerzas armadas del país austral se manifestaron preocupadas en torno a las denuncias penales por corrupción que enfrentan algunos de sus miembros y descartaron tener responsabilidad por los posibles delitos cometidos en sus filas.
En un comunicado de prensa sobre el llamado caso “milicogate”, la plana mayor del Ejército recalcó que no se puede buscar asociación en el total de sus integrantes ni puede ser generalizado lo ocurrido en estos momentos.
Se trata de comportamientos estrictamente personales y por lo tanto “bajo ninguna circunstancia se amparan situaciones que puedan ser constitutivas de delitos”, detalló un comunicado oficial.
Deploró asimismo la acción encubierta de presuntos integrantes de la Institución que sin ir a la justicia “aseguran a medios locales conocer antecedentes de delitos dentro de las unidades militares”.
Santiago de Chile, 4 de mayo 2016
Crónica Digital