Unidades de la Defensa Popular encontraron una fosa común con más de 40 cadáveres de personas asesinadas por el Estado Islámico en Palmira, el cual la ocupó desde mayo del 2015 hasta su reciente liberación por el Ejército sirio.
El hallazgo ocurrió cuando los desminadores hacían su labor en el barrio de Massakeh en el noroeste de la ciudad y en cuyas calles los terroristas colocaron centenares de minas a una distancia de entre cinco y 10 metros.
Los especialistas informaron que fueron rescatados hasta el momento los restos de 25 personas, entre ellos los de tres niños y cinco mujeres, y al inspeccionarlos se comprobaron pruebas de torturas, entre ellos, decapitaciones.
Entre mayo del 2015 y los últimos días de la ocupación, los efectivos del Estado Islámico masacraron a no menos de 400 personas, la gran mayoría civiles y algunos soldados, estos últimos dinamitados junto a torres de la parte antigua de la ciudad.
Las labores de rastreo y eliminación de minas continúan de manera intensa y cuentan con la cooperación de expertos rusos, dos grupos de los cuales arribaron a esa localidad.
Reporteros de Prensa Latina y otros medios internacionales y locales, en un recorrido de más de dos horas por Palmira, comprobaron las destrucciones en áreas de la antigua Ciudadela, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1980.
Las destrucciones abarcan además de los sitios históricos, una extensión aproximada de 180 hectáreas de toda Palmira, inclusive sus barrios residenciales, e instalaciones públicas como el centro hípico y el de comunicaciones.
En estos instantes, apenas quedan algunos de los casi 50 mil habitantes de la localidad, mientras las unidades de la Defensa Popular y el Ejército desarrollan labores de aseguramiento y rastreo en todos lo alrededores de Palmira, ubicada 245 kilómetros al norte de Damasco y perteneciente administrativamente a la provincia de Homs.
Damasco, 2 de abril 2016
Crónica Digital / PL