La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en la revista The Lancet que aumentar la lactancia materna salvaría más de 820 mil vidas anuales, la mayoría niños menores de seis meses.
Además, casi la mitad de todas las enfermedades diarreicas y un tercio de todas las infecciones respiratorias en niños de países de bajos y medianos ingresos podrían prevenirse con mayores tasas de lactancia materna.
Los niños amamantados obtienen mejores resultados en las pruebas de inteligencia, son menos propensos a tener sobrepeso u obesidad, así como a la diabetes más adelante en la vida.
Las madres que amamantan también reducen el riesgo de desarrollar cáncer de mama y de ovario. A las tasas actuales de lactancia materna, se estima que 20 mil muertes por cáncer de mama se previenen.
Además, aumentar las tasas de lactancia materna para menores de seis meses de edad reduciría los costos de tratamiento de enfermedades comunes de la infancia, como neumonía, diarrea y asma.
Sin embargo, en todo el mundo los niveles bajos de lactancia materna óptima afectan tanto a los países de bajos como de altos ingresos.
Menos de uno de cada cinco niños son amamantados durante 12 meses en los países de ingresos altos y sólo dos de cada tres infantes de entre seis meses y dos años reciben leche materna en países de bajos y medianos ingresos.
A nivel mundial, se estima que uno de cada tres menores de seis meses son amamantados exclusivamente, una tasa que no ha mejorado en dos décadas.
Londres, 1 de febrero 2016
Crónica Digital / PL