Una de las herencias malditas de la dictadura de Augusto Pinochet, la prohibición de cualquier tipo de aborto, polarizó el debate en Chile, donde hoy destacadas personalidades salieron en defensa de la medida.
Se trata del denominado aborto terapéutico, suprimido por Pinochet, y que busca proteger a niñas, jóvenes y mujeres en general que sufrieron violaciones, se enfrentan a un embarazo de riesgo vital o llevan un feto inviable.
Aunque varias encuestadoras revelan que más del 70 por ciento de los chilenos respaldan la iniciativa -que se votará al final de la tarde en primera instancia parlamentaria-, las fuerzas ultraconservadoras del país lanzaron una agresiva campaña.
Intimidatoria por demás y con un notable poder financiero a partir de cuñas publicitarias nada complacientes que hoy académicos, ex ministras, líderes sindicales y de grupos de derechos humanos denunciaron.
En rueda de prensa a pocos metros del Palacio de La Moneda, Lorena Pizarro, presidenta de la asociación de Detenidos y Desaparecidos, recordó que esas mismas voces que ahora hablan de “defensa de la vida” tienen un prontuario poco edificante.
“Ninguno de ellos, por cierto, se ha referido alguna vez, ni en su momento ni en la actualidad, a las nueve mujeres embarazadas que integran la bochornosa lista de detenidos desaparecidos durante la dictadura”, apuntó Pizarro.
Por su parte, la doctora Helia Molina, ex ministra de Salud, calificó la campaña contra el aborto terapéutico de absurda, manipuladora y con un estilo semejante a los tiempos de la inquisición.
Estamos entre los países más retrógrados del mundo y el proyecto de ley en discusión no pretende imponer nada a nadie, es sólo la opción de decidir a niñas, jóvenes y adultas ante tres causales específicas, remarcó Molina.
El escritor Pablo Simonetti fustigó a quiénes pretenden convertir a las féminas en mártires, “porque pedirle a una mujer violada, o en riesgo vital, o con un feto inviable, que siga el embarazo, es hacerla sufrir y hacerla mártir”.
Bárbara Figueroa, presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), subrayó que en Chile se vulneran constantemente los derechos de la mujer y el aborto terapéutico es apenas un pequeño paso en la dirección correcta.
La actriz Ana María Gazmuri y el sociólogo Manuel Antonio Garretón coincidieron en señalar que los detractores de la medida pretenden secuestrar a Chile con posturas oscurantistas, reaccionarias e inquisidoras.
Cuentan con un evidente financiamiento que les permita visualizar sus posiciones con el favor de los medios de prensa, mostrando un debate en las élites que no refleja para nada el punto de vista de las mayorías, enfatizaron.
Chile es uno de los cinco países del orbe donde el aborto terapéutico para casos excepcionales está proscrito.
Santiago de Chile, 4 de agosto 2015
Crónica Digital / PL