La guerra de palabras sube de tono pero de momento se desarrolla en el dominio mediático, mientras los equipos de Argentina y Chile parecen calmados ante el duelo del sábado en la final de la Copa América de Fútbol.
En la televisión chilena comenzaron los comentarios irónicos acerca de las declaraciones hasta del propio Lionel Messi, quien ha repetido que no ha ganado nada con la Albiceleste y tiene muchos deseos de levantar el cetro continental.
Acaba de conquistar la triple corona con el Barcelona, posee Balones de Oro y Champions League, así que no se haga la víctima, dijo un comentarista de televisión que al mismo tiempo llamó en son de arenga a los chilenos para apoyar al elenco.
Otros periodistas, tanto de Argentina como de Chile, se han referido al apoyo político que dio la nación anfitriona de la Copa América 2015 a Gran Bretaña en la guerra de Las Malvinas, algo absolutamente extemporáneo.
También al llamado Conflicto Beagle que estuvo a punto de desembocar en un capítulo bélico entre los dos países en 1978 y 1979. Nada de esto tiene que ver con el fútbol.
El “jefecito” Javier Mascherano, pilar de Argentina y del Barcelona, lo dejó en claro la víspera y habló con mucho respeto de la Roja chilena. “En una final como ésta la balanza se proyecta 50-50”, remarcó.
Lo interesante fue que el lateral chileno Eugenio Mena fue igualmente categórico en torno a las expectativas del cotejo del sábado a las 17:00 hora local en el estadio Nacional Julio Martínez Prádanos.
“Es un partido muy importante, pero es fútbol y no una guerra. Hay que dejar una enseñanza, porque nos ven muchos niños. Estamos de acuerdo con Mascherano, lo que importa es lo deportivo”, enfatizó Mena.
Ya instalada en Santiago de Chile, la escuadra rioplatense entrenará hoy a puertas cerradas. Algún secreto tendrá en la manga el técnico Gerardo Tata Martino, pero en cuanto a la alineación titular no habrá sorpresas.
Seguramente apostará con el mismo elenco que arrolló a Paraguay en Concepción 6-1, con la duda de colocar a Ezequiel Garay (recuperado de un problema intestinal) o mantener a Martín Demichelis.
Del lado chileno algo similar. El preparador, argentino también, Jorge Sampaoli, seguirá en su búnker del Juan Pinto Durán, en la periferia de la capital, con la dicotomía si poner a Francisco Silva, José Rojas o Miiko Albornoz en defensa.
La otra noticia es la designación del árbitro principal, el colombiano Wilmar Roldán, que ya estuvo en el Argentina-Paraguay y Perú-Bolivia, y a todas luces es bien visto por los dos contrincantes de la final del sábado.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 2 de julio 2015
Crónica Digital / PL