Investigadores de la Universidad escocesa de Aberdeen apuntaron hoy que un antiguo lago podría ser la clave para nuestra comprensión de cómo la complejidad de la vida evolucionó en la Tierra.
Los científicos estudiaron muestras de sedimentos lacustres depositados hace mil 500 millones de años en la región de la Bahía de Stoer, en el noroeste de Escocia, y descubrieron altos niveles de molibdeno metálico, un elemento clave en la evolución de la vida multicelular.
El hallazgo desafía la opinión generalizada de que una etapa importante de la evolución, que conduce finalmente a la vida humana, se produjo en las profundidades del océano, en contraposición a un ambiente continental.
El profesor John Parnell, de la Escuela de Geociencias de la universidad de Aberdeen, explicó que el molibdeno es necesario para apoyar la fijación del nitrógeno, lo que permitió el florecimiento de la vida sencilla y apoyar una cadena alimentaria.
Investigaciones anteriores han medido la cantidad de molibdeno en las rocas de los antiguos océanos para evaluar su aportación, pero se encontró que el elemento sólo estaba disponible escasamente en el momento en que la vida compleja se expandía, hace unos mil 500 millones de años.
Ahora, los nuevos datos muestran que las mayores cantidades estaban disponibles en un entorno continental en ese momento; lo cual apoya la teoría de que esa importante etapa de la evolución avanzó en los continentes y no en el océano.
Londres, 21 de mayo 2015
Crónica Digital / PL