La noticia fue recibida con alegría y entusiasmo, confirmación en definitiva de la madurez y prestigio del cine chileno: películas de Patricio Guzmán y Pablo Larraín seleccionadas para la Berlinale.
La 65 versión del reputado Festival de Berlín, que comenzará el 5 de febrero en la capital alemana, escogió para su programación de concurso a las cintas El botón de nácar (Guzmán) y El club (Larraín).
Patricio Guzmán (La batalla de Chile, Nostalgia de la luz) inscribe su largometraje con tonos de documen
tal en una historia relacionada con presos políticos de Isla Dawson y sus familiares durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Recientemente el veterano cineasta explicó a la prensa que la isla Dawson ocupa un capítulo importante en su cinta, “porque sirvió de base a una misión evangelizadora y después a un campo de concentración de estilo nazi”.
Yo quiero rendir un homenaje a todos los que pasaron por esta isla, subrayó.
En el rodaje estuvieron más de 60 personas entre presos políticos de Magallanes, esposas, hijos y nietos de las víctimas de presidio y tortura de la dictadura militar, encarcelados en los Campos de Concentración de Isla Dawson.
Iván González Toro, hijo de Ramón González Ortega, quien estuvo preso en el Campo de Concentración Compingim de Isla Dawson y que fue ejecutado en Porvenir en 1973, valoró la actividad.
“Me parece extraordinario que se evoque de esta forma a la memoria y que quede plasmada en un documental (…) para que estos sucesos no se olviden, dijo Iván González Toro, hijo de uno de los reclusos asesinados en Dawson.
Por su parte, Pablo Larraín (Tony Manero, Post morten y la muy aclamada NO), propone en El club el capítulo de cuatro hombres que viven bajo un estricto régimen de orden y disciplina, al interior de una casa liderada por una mujer.
Intentan purgar los pecados de su pasado. La llegada de un quinto integrante al grupo desata la trama de esta historia.
Conocí muchos sacerdotes, la mayoría de ellos respetables, otros están en la cárcel o con problemas judiciales, y hay un tercer grupo de sacerdotes que están perdidos: es El Club de los sacerdotes perdidos, de eso trata la película, declaró Larraín.
El realizador dijo al diario La Tercera que la inclusión de su filme en la Berlinale supone “muy buenas noticias. Es un lugar maravilloso donde estrenar la película y estamos muy contentos”.
Santiago de Chile, 19 de enero 2015
Crónica Digital / PL