El Ministerio de Cultura egipcio prohibió la proyección del filme norteamericano Exodo: reyes y dioses, por incluir inexactitudes históricas y presentar una visión sionista, según comunicado que circula hoy.
La película, realizada a un costo multimillonario, alude a la historia de Moisés y presenta a los judíos residentes en Egipto en la época faraónica como los constructores de las pirámides, una de las siete maravillas del mundo antiguo, y del actual.
Es una película sionista, muestra la historia desde un punto de vista sionista y falsifica hechos históricos; la realidad demuestra que las pirámides fueron construidas por egipcios de los periodos de los reinos antiguo, argumentó un portavoz del Ministerio de Cultura.
El postulado no es nuevo ya que uno de los padres del gigantismo fílmico de Hollywood, Cecil B. De Mille, difundió la hipótesis en sus películas Los 10 Mandamientos, una de 1923 y otra EN 1956, refutada por arqueólogos y científicos quienes concluyeron que los constructores eran obreros asalariados.
De Mille es responsable de otro disparate histórico según el cual la vida a o muerte de los esclavos y los primeros cristianos en el Circo Maximus romano se decidía mostrando el pulgar de la mano derecha hacia arriba o puntando al suelo.
Investigaciones indican que Moisés no era judío, sino egipcio, miembro de la aristocracia faraónica con el nombre Tut Moses, que era común en la época, y su decisión de abandonar el país se debió a las turbulencias religiosas ligadas a la intención de implantar el monoteísmo.
El panteón teológico egipcio llegó a albergar 150 deidades, algunas de las cuales fueron llevadas a la Roma imperial, lo que implicaba la existencia de una casta sacerdotal cuyo poder en ocasiones se impuso al de los faraones, que eran considerados dioses en sí.
Exodo: historia de reyes y dioses tropezó desde temprano con polémicas pues fue producida en parte con fondos de Rupert Murdoch, el multimillonario británico dueño del periódico Times de Londres, por su respuesta simplista a críticas por el color de la piel de los protagonistas, todos blancos.
Presentado por el hecho de que la mayoría de la población egipcia es sepia, debido al intercambio humano con Nubia, el actual Sudán, Murdoch les restó importancia aduciendo que “todos los egipcios que conozco son blancos”.
Los detractores le replicaron que es normal que así sea, porque sólo se codea con millonarios, pero que si visitara Egipto y diera un vistazo a los campesinos, las capas más desfavorecidas, e incluso importantes segmentos de la clase media, se percataría de su error.
De haberse tratado de Moisés, la pugna no había existido ya que los musulmanes consideran a Moisés, (Musa en árabe), como uno de los profetas de Alá, el Dios único.
Prensa Latina
Crónica Digital, 27 de diciembre 2014