El expresidentes egipcio Hosni Mubarak, enfrenta hoy su hora de la verdad en el reinicio del proceso que se le sigue por la muerte de más de 800 manifestantes que demandaban su renuncia a principios de 2011.
La vista de hoy corresponde a la apelación del ex mandatario después que un tribunal de apelaciones invalidara en 2012 el veredicto de culpabilidad basándose en tecnicismos.
Seguidores de su disuelto partido Nacional Democrático suelen congregarse en las afueras de la Academia de la Policia, en esta capital, para seguir el curso del juicio, que se realiza a puertas cerradas.
Otros siete encartados, entre ellos el ex ministro del Interior Habib el Adly y cinco subordinados están incluidos en la causa, a pesar de haber sido absueltos de las imputaciones que se les hacían.
En una vista anterior meses atrás, el magistrado al frente del tribunal pospuso el fallo aduciendo razones de salud de la necesidad de tiempo para examinar el prontuario, que consta de más de 160 mil hojas, según precisiones de fuentes judiciales.
El ex mandatario, acusado en otros procesos de corrupción administrativa y apropiación de fondos del Estado, junto a sus hijos Gamal y Alaa, lleva dos años detenido y está internado en un hospital militar aquí a causa de su avanzada edad, 86 años, y estado de salud.
El fallo judicial es esperado con igual atención por los seguidores del renunciante ex mandatario y por sus adversarios, que desean, por lo menos, verlo morir en la cárcel.
Mubarak rigió a Egipto con mano de hierro durante más de tres décadas, fue aliado de la política de Estados Unidos en Levante, en especial durante la guerra contra Iraq, y mantuvo la tesis de puertas abiertas a los intereses foráneos inaugurada por su antecesor, Anwar el Sadat.
Durante su mandato la corrupción y el enriquecimiento de sus favoritos, muchos de ellos fugitivos de la justicia, llegaron a extremos faraónicos.
Por Moises Saab
El Cairo, 29 de noviembre 2014
Crónica Digital / PL