El Director del Servicio de Vivienda y Urbanismo Metropolitano, Alberto Pizarro, recibió este viernes a integrantes del Centro Comunitario Villa Olímpica, desalojados por el Alcalde Ñuñoa, a quienes ratificó que el terreno donde hace más de una año realizan sus actividades es del SERVIU y que el Municipio encabezado por Pedro Sabat no tiene potestad sobre él.
Acompañados por la concejala de la comuna, Alejandra Placencia (PC), los representantes de la organización solicitaron formalmente que el terreno ubicado en el corazón de la Villa Olímpica, en Ñuñoa, les sea pasado en comodato, para continuar con las actividades sociales y culturales que realizan, y que cada día suman a más vecinos y vecinas.
Junto con ello, entregaron la documentación que acredita que el Municipio encabezado por Pedro Sabat (RN), desalojó al Centro Comunitario argumentando la potestad sobre del terreno, lo que fue tajantemente desmentido por Pizarro, quien ratificó que se trata de un sitio de propiedad fiscal que no ha sido cedido a ningún organismo.
Adicionalmente, Alberto Pizarro se refirió a la posibilidad de que el proyecto del centro Comunitario Villa Olímpica, pueda coexistir en el mismo terreno con el Centro Comunitario de Salud Familiar, CECOF, que pretende construir el Municipio de Ñuñoa, y que ya fue aprobado por el Concejo Municipal.
La concejala Alejandra Placencia señaló que “desde que se presentó el proyecto de CECOF, los concejales de oposición al Alcalde Sabat hemos solicitado explorar la posibilidad de que ambos proyectos puedan funcionar en este espacio, cada uno con administración independiente, pues el tamaño terreno permite ambas cosas, sin embargo el alcalde se ha negado”.
El director del SERVIU Metropolitano comprometió una nueva reunión con el Centro Comunitario, además de insistir en las gestiones para que el Municipio de Ñuñoa detenga las obras del CECOF y haga abandono del lugar. Asimismo, les recomendó dirigirse a la Intendencia de Santiago para solicitar que el operativo de Carabineros se retire de Villa Olímpica, ya que -como argumentan los vecinos- asusta a los niños e instala de forma innecesaria un clima de inseguridad.
Santiago de Chile, 26 de octubre 2014
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