Investigadores del Instituto Salk en California modificaron la estructura de la vitamina D para que los medicamentos antitumorales entren en las células cancerosas del páncreas y tengan efecto, publicó la revista Cell.
De acuerdo con esa publicación científica, las células tumorales del páncreas crean una muralla de células a su alrededor.
A su vez, producen señales que hacen que el tejido adquiera densidad y se inflame, lo cual promueve el crecimiento e impide que los medicamentos lleguen a las células cancerosas.
Pero los investigadores hallaron que la vitamina D inactiva las células responsables de la formación de esa barrera.
En efecto, las células que componen el tejido presentan un nivel alto de receptores de vitamina D, de tal forma que al introducirles esa vitamina en forma de inyección el tejido que cubre el tumor se rompe.
La vitamina D no ataca a las células cancerosas, pero hace que el medio que rodea al tumor sea más favorable para los tratamientos de quimioterapia, explicó Michael Downes, uno de los investigadores del estudio.
El experimento realizado con ratones demostró que aquellos a los cuales se les inyectó vitamina D modificada vivieron un 50 por ciento más que los tratados con medicamentos tradicionales.
Aunque los resultados en humanos son aún inciertos, los hallazgos en animales aumentan la esperanza de que las pruebas clínicas conducirán un nuevo tipo de terapia, afirmó Ronald Evans, director de la investigación.
El cáncer de páncreas es considerado uno de los más letales, pues debido a los tejidos densos e inflamados de ese órgano, se cierra y resiste a la radiación y la quimioterapia.
Según estadísticas, el 94 por ciento de pacientes con esta enfermedad fallece.
Solo en Estados Unidos de 46 mil personas que lo sufren cada año, 40 mil mueren, según el Instituto Nacional de Salud de esta nación norteña.
Washington, 29 septiembre 2014
Crónica Digital / PL