Dentro de las políticas de la CUT se encuentra la necesidad de integrar a los profesionales jóvenes como un actor importante en el mundo de los trabajadores, recogiendo sus problemáticas particulares, anhelos y la evidente precarización de su labor.
En este contexto, no podemos estar ajenos a lo que está pasando con los profesionales de la salud, quienes han pagado un alto costo con políticas de lucro tanto en la educación como en la salud. La evidente disminución de la calidad en la formación, que se aprecia debido, entre otras causas, a la exagerada importancia que se da al mercado sin responder a necesidades del país y a las precarias condiciones de trabajo con las que se encuentran al egresar de sus respectivas carreras, es una realidad donde la CUT tiene mucho que decir.
Sabemos que cuando se dictó la LOCE se dejó solo 12 carreras con rango Universitario, (número que fue aumentado posteriormente), la lógica de esta decisión, independiente de las razones que la encubrían, era la de abrir el mercado hacia los institutos privados para poder hacer negocio con la formación de profesionales, tal como ha quedado demostrado hoy en día.
No se trata de menoscabar a los estudiantes de los institutos, por el contrario ,se trata de transparentar las reglas que regulan la entrega de títulos sin causar falsas expectativas en aquellos estudiantes que con mucho sacrificio estudian una profesión en un instituto que sólo ofrece un título profesional y no una Licenciatura.
Dejar en manos de los institutos privados la formación de los profesionales de la Salud, no se condice con el rol que estos institutos legítimamente tienen: formar técnicos; lo que sin lugar a dudas puede ser ejercido con calidad, siempre y cuando estén debidamente acreditados y fiscalizados
Sin perjuicio de lo anterior, las carreras mencionadas, no pueden ser impartidas por Institutos, debido a que su formación no es solo técnica, pues tiene importantes aspectos formativos, de liderazgo, juicio crítico y de investigación que solo las Universidades pueden otorgar. El hecho que se cuestione la calidad de enseñanza de las actuales universidades, es un tema distinto que obviamente se debe abordar.
A esto se debe sumar el hecho que los Institutos solo pueden otorgar el título respectivo y para que estos profesionales puedan optar a cursos de post-grado o doctorados necesariamente deben estudiar más años para obtener su licenciatura, situación que no ocurre en las universidades pues ellos salen titulados como licenciados en esas carreras.
Esta situación ha intentado superarse con el proyecto de Ley contenido en el Boletín Nº 3849-04 que ratificaba el rango universitario de las carreras de la salud que por historia han sido impartidas por las Universidades Chilenas, siendo, la calidad en su formación académica, uno de los aspectos más importantes en el logro sanitario alcanzado por nuestra salud pública. Permitiendo que cada una de estos profesionales planifiquen, ejecuten y evalúen con éxito políticas de salud pública a través de campañas nacionales como la disminución de: la mortalidad materna, la desnutrición, las infecciones respiratorias, o de exámenes como PAP (cáncer cérvicouterino), baciloscopías (TBC), etc.
En este aspecto, las leyes y decretos que rigen al Sector Público, están en concordancia con la formación que deben tener los Profesionales de la Salud para seguir dando la atención de calidad que nuestros usuarios más pobres se merecen. Por ello, hasta el día de hoy, es obligatorio tener el Título Profesional para ingresar a la Planta de Profesionales, siendo un insumo importante para hacer carrera funcionaria, continuar con estudios de post-grado y doctorados, lo cual va en directo beneficio de la salud pública, donde los egresados de los institutos, se verían en desmedro a no ser que obtengan su Licenciatura.
Con preocupación vemos que, nuevamente, ante la ausencia de Institutos estatales, se intenta dejar en manos de un sistema educativo privado que claramente, en su gran mayoría, persigue el lucro y ve en esto un negocio, sin preocuparse de la calidad de la formación como ha quedado evidenciado en la falta de laboratorios, académicos part-time y falta de campos clínicos o saturación de estos, sin perjuicio que algunas Universidades privadas han caído exactamente en lo mismo.
La formación de profesionales en Universidad e Institutos -cuyos roles formativos son distintos- solo incentiva la discriminación entre profesionales de primera y segunda categoría, lo que repercutirá claramente en la calidad de la salud y en la formación académica y la conformación de los de equipos de salud y lo más grave es que será un incentivo para contratar mano de obra barata a través de la externalización y contratación de servicios de empresas particulares, disminuyendo la contratación de profesionales universitarios en los establecimientos y reemplazándolos por otros con menos sueldos y condiciones laborales precarias, tal como se ve hoy en día, con la contratación de profesionales de la salud a honorarios sin derechos laborales mínimos y sin ninguna relación con el paciente al contratarlos solo por horas.
La decisión de la Comisión Mixta demantener el rango Universitario a las carreras de Enfermería y Obstetricia y restablecerlo para las Carreras de Tecnología Médica, Fonoaudiología, Terapia Ocupacional, Kinesiología, Nutrición y dietética, es la más acertada y que este Consejero de la CUT espera que esta sea aprobada de la misma manera en ambas cámaras.
Por Franz Bagus Álvarez
Consejero Nacional CUT
Dirigentes Fenpruss Hospital San Juan de Dios
Santiago de Chile, 8 de julio 2014
Crónica Digital