El voceado plan de paz del presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, emergió hoy salpicado de dudas por la evidente intención del mando militar de continuar la operación de castigo en el sureste de ese país.
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Para el canciller ruso, Serguei Lavrov, la tregua temporal de Poroshenko se asemeja a un ultimátum unilateral a las milicias populares.
Comentó Lavrov que el plan del presidente ucraniano para un supuesto alto al fuego no contempla un punto fundamental de cara a un arreglo de la crisis interna como es la propuesta de un diálogo.
Preocupa a la vez, subrayó el jefe de la diplomacia rusa, que en paralelo a ese plan de paz, aumenta la intensidad de las operaciones militares.
Observó Lavrov que la mayoría de los puntos contemplados en ese plan para una supuesta solución de la situación en el este parece más bien un ultimátum.
Por otra parte, opinó que es un giro radical contrario a la declaración de Ginebra del 17 de abril, la cual hace un claro énfasis en la necesidad de negociaciones con todos los representantes de las regiones.
Dijo a renglón seguido Lavrov que la realización de esa propuesta dependerá de los patrocinadores occidentales de Kiev, que asumieron la responsabilidad por el golpe de Estado y la preparación de las elecciones presidenciales en ese país.
Tampoco el plan incluyó la realización de reformas constitucionales que tomen en consideración los reclamos de federalización de los pobladores del sureste ucraniano y del estatus oficial del idioma ruso, como segunda lengua para los rusohablantes.
Las brigadas de autodefensas de Donetsk y Lugansk, según el plan de paz en vigor desde este sábado, tienen un plazo hasta las 11:00 hora local del 27 de junio para entregar las armas, rendirse y desocupar los edificios gubernamentales.
Poroshenko dejó en claro en el plan de 15 puntos, que en caso contrario, quienes se resistan serán destruidos.
En el Kremlin indicaron que la parte rusa debe analizar en profundidad el texto oficial del presidente ucraniano y el procedimiento para su realización.
Sin embargo, se señala en una nota que una primera observación constata que no es una invitación a la paz y a las negociaciones, sino un ultimátum a los milicianos para que entreguen las armas.
La televisora federal rusa Rossia 24 reportó bombardeos en la región de Slavyansk, en Donetsk, y una denuncia del plenipotenciario de los derechos del menor en Rusia, Pavel Astajov, de que un ómnibus que trasladaba niños fue tiroteado en la frontera ucraniana-rusa.
Medios de ese país reprodujeron declaraciones de un funcionario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa en las que aseguró que el oligarca y gobernador de Dniepropetrovsk, Igor Kolomoiski, no acatará el decreto presidencial.
Dijo la fuente, que pidió el anonimato, que Kolomoiski sigue siendo el principal oponente a un alto al fuego y a una solución negociada con las milicias.
En Lugansk, el dirigente de la República Popular homónima Valeri Bolotov respondió en las primeras declaraciones sobre el tema que el plan de Poroshenko es ineficaz y que ellos no se doblegarán.
Recordó Bolotov que la mayoría de los pobladores de esa región no participó en las elecciones presidenciales, por lo cual no reconocen a Poroshenko como su presidente.
En su opinión, los militares aprovecharán la tregua para reagrupar las fuerzas, al insistir que no creen en las promesas de Kiev.
Para el profesor titular de sociología y Relaciones Internacionales de la Universidad Lomonósov, de Rusia, Mark Sleboda, la propuesta de Poroshenko significa sin duda un ultimátum y no un plan de pacificación.
Poroshenko no tiene la intención de negociar con los líderes políticos y militares del este, mientras les propone una rendición incondicional con la amenaza de destrucción total, afirmó el analista en un comentario en vivo al canal Russia Today.
El director del Instituto de investigaciones políticas Serguei Markov advirtió que todo puede ser una farsa, pues en definitiva el tribunal ucraniano y la procuraduría, controladas por los neofascistas en ese país determinarán quiénes son los culpables.
Acentuó que las regiones del sureste se sublevaron contra la junta ultranacionalista de Kiev y el terror de los fascistas.
Denis Pushilin, uno de los líderes de Donetsk, reiteró también la falta de credibilidad en el presidente de Ucrania y descartó una rendición, todo lo cual apunta a una inconsistencia del plan de paz de las autoridades ucranianas, en medio de la continuidad de las acciones militares.
Por Odalis Buscaron
Moscú, 21 de junio 2014
Crónica Digital / PL