Emporio viene del latín emporium y este del griego ἐμπόριον (“empórion”). Y a pesar de los milenios que han pasado, su significado no ha variado mucho: lugar de comercio.
Pero Claudia Torres no pensó en los griegos ni en los romanos cuando instaló, hace ya dos semanas, su negocio en el centro de Coyhaique. Pensó en los ayseninos y ayseninas, en su cultura, en su desarrollo económico a escala humana, en su naturaleza, en su futuro.
Fue con este objetivo en mente que nació “Emporio Patagón”, tienda que mezcla identidad, materias primas locales, mano de obra regional y preocupación por la naturaleza.
“Nuestra línea de productos va enfocada desde hace dos a tres años a souvenirs de la Patagonia en distintos formatos como cerámica, papel, telas, poleras, pero con una línea temática que tiene que ver con Aysén Reserva de Vida, ríos libres, derecho al agua, la importancia que tiene el patrimonio ambiental y cultural de la región” explicó la emprendedora. Esto es combinado con los diseños “con una gráfica y una presentación que le ha gustado mucho a la gente, pero que tiene un contenido relacionado con Patagonia sin Represas, pero más profundo aún, con el hecho de sentir que somos los dueños del agua, de este patrimonio y que queremos cuidarlo”. Por eso, por ejemplo, apuesta por el papel reciclado y una ecotinta especial.
Pero no solo la idea es vender, sino también apoyar el desarrollo local. “Todo lo que podamos manufacturar con materias primas e ideas de los emprendedores, de pequeños empresarios y quienes desarrollan oficios en torno a la artesanía y los souvenirs, lo hacemos acá” explicó. Por eso aunque es posible “adquirir cosas mucho más baratas compradas en Santiago o si las traen de China, nosotros tratamos que todos nuestros materiales sean de la zona, tratamos porque a veces no se puede, pero la confección es local y eso genera una red de apoyo y colaborativa en el desarrollo económico”.
De esta forma cuentan con lanas, tejidos, textiles que “son elaborados en conjunto con mujeres que además necesitan una fuente laboral. También hay un artista que trabaja con fierro y madera, y que recicla. Queremos ser una vitrina para otros artistas y creadores que desarrollan estos oficios, con este mensaje, con esa mirada y mostrar que hay un modelo de desarrollo basado en la cooperación, en la solidaridad y en un sentido de comunidad”.
Y así, desde la Patagonia, se cuestiona la teoría del spread que los Chicago boys intentaron implementar a partir de la década de los 70 en Chile. “En la medida que yo voy ganando lucas, más que chorreando vamos compartiendo ese dinero con el resto de los artesanos y artistas con quienes usamos en conjunto este espacio” aclaró.
En la tienda, ubicada en Dussen 357, se pueden encontrar así tazones de cerámica, cuadernos reciclados, polerones, bolsas de tela, magnetos, tejidos, trabajo en fierro con madera, zapatos. Por ahora sus compañeros en este emprendimiento son el artesano Lalo Soldán, Blanquita Ruiz, Inés Arratia y Tábata Cumín, quedando disponible para otros creadores que quieran unirse a esta verdadera cooperativa local, por Aysén Reserva de Vida.
Santiago de Chile, 20 de junio 2014
Crónica Digital