La Guardia Nacional de Ucrania anunció hoy la conformación del tercer batallón del Donbass con combatientes radicales y exactivistas del maidán para sofocar la resistencia en los territorios rebeldes de Donetsk y Lugansk.
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Según esa estructura represiva formada tras el golpe de Estado de febrero pasado, más de 300 armados integrarán el tercer regimiento, en las edades comprendidas de 18 a 55 años.
La nota reconoce que el grueso de los “voluntarios” proviene de los activistas que protagonizaron los disturbios violentos en la capital, durante las jornadas de protestas antigubernamentales que derivaron en el golpe de Estado. El batallón Donbass fue creado por el cabecilla de la organización fascista Sector Derecho, Dmitri Yarosh.
A inicios de junio debutó el segundo batallón, con excombatientes del Maidán en los combates alrededor de la ciudad de Slavyansk, región de Donetsk. La Guardia Nacional opera también en las acciones represivas de los focos de resistencia en Mariúpol, Járkov, Odessa y Nikolaev.
Mientras, la Policía de Lugansk confirmó este martes que unos 20 misiles fueron lanzados por naves de combate de la Fuerza Aérea de Ucrania en el bombardeo ayer al edificio de la administración. El gobierno de la República Popular estima en ocho los civiles muertos y unos 28 heridos.
Expertos se refirieron a proyectiles S8KO de 80 milímetros de calibre, lanzados desde los cazas bombarderos.
Una información del canal internacional Russia Today asegura que el Ministerio de Defensa de Ucrania había reconocido la autoría del ataque con más de 150 misiles, una nota supuestamente reproducida por medios locales en la que rezaba que la “tarea se había cumplido exitosamente”.
El partido de las Regiones, ahora en la oposición, denunció hoy que la explosión en la sede gubernamental en Lugansk ocurrió como resultado de un golpe coheteril de los militares ucranianos, y que su agrupación prepara una querella ante el Tribunal Internacional de La Haya.
Desde la tribuna de la Suprema Rada (Parlamento), el jefe de la bancada Alexander Yefremov dijo que reclamarán una investigación sobre crímenes militares contra civiles, a partir de los hechos del 2 de junio.
El autodesignado presidente y titular de la Rada Alexander Turchinov retomó como argumento para justificar las acciones de los militares de que la operación tiene el “propósito de proteger a la población de nuestro país y que en Lugansk y en Donetsk se destruyen a los terroristas”.
En consonancia con esa cortina mediática que impuso la junta golpista de Kiev, las estadísticas oficiales solo reconocen 181 muertos y 293 heridos desde el inicio de la operación de castigo en el sureste del país, como resultado de los enfrentamientos entre las fuerzas regulares y las milicias federalistas.
Los datos de la Procuraduría de Ucrania omiten las más de 100 muertos y numerosos desaparecidos en la tragedia de Odessa, ocurrida el 2 de mayo, tras el incendio intencional de la Casa de los Sindicatos, y las víctimas de los cañonazos y bombardeos a las ciudades de Donetsk.
En contradicción con el reporte publicado hoy, el responsable del grupo informativo de la operación militar-policial Vladislav Selezniov aseguró que más de 300 milicianos habían muerto durante la campaña lanzada por Kiev contra los opositores a la junta golpista.
Indicó que tienen lugar en estos momentos combates en Krasni Liman y Semenovska, en la región de Slavyansk, territorio de Donetsk, uno de los frentes de la fase activa de la operación a gran escala en el oriente ucraniano.
Kiev, 3 de junio 2014
Crónica Digital / PL