Investigadores de las universidades noruegas de Oslo y de Ciencia y Tecnología (NTNU), así como de la australiana de Sydney revelaron cómo reacciona el cerebro a diversos métodos de meditación.
Existe gran variedad de métodos, desde los budistas hasta las técnicas Zen, pero en esencia todas buscan aligerar el estrés y mejorar la concentración, por lo que realmente no se podía determinar cual era la más efectiva, y ese es nuestro objetivo, explicó Jian Xu, especialista de la NTNU y coautor de la investigación.
Jian añadió que todas esas metodologías diferentes pueden dividirse en dos grupos principales: uno es la meditación concentrada, que es el caso donde la meditación se centra en la respiración o pensamientos específicos, lo que hace que la persona suprima otros pensamientos.
El otro tipo se conoce como meditación no direccional, y es cuando el individuo no solo aplica métodos de respiración o concentración, sino que ocupa su mente en lo que le plazca, subrayó el científico.
Los investigadores escanearon y evaluaron el cerebro de 14 voluntarios, expertos en la técnica noruega de meditación Acem, mientras un grupo se sometía al método de meditación concentrada y otro al no direccional.
Los resultados mostraron que los practicantes de esa última tuvieron mayor actividad en la parte del cerebro dedicada al procesamiento de sentimientos y pensamientos relacionados con uno mismo.
Mientras, en el otro grupo la actividad cerebral en esa área específica se registró casi al mismo nivel que cuando el cerebro se encuentra en descanso.
El doctor Svend Davanger, profesor de la Universidad de Oslo y coautor del estudio, dijo que la investigación reveló que la meditación no direccional permite mayor espacio para el procesamiento de memorias y emociones.
Oslo, 17 de mayo 2014
Crónica DigitaL / PL