La tranquilidad volvió hoy a Brasil, tras dejar atrás una jornada nacional de protestas en contra la Copa del Mundo de Fútbol en principales ciudades de este país suramericano.
Las manifestaciones más intensas se registraron en Sao Paulo y Río de Janeiro, sedes principales del Mundial de junio próximo, donde anoche las fuerzas policiales dispersaron una marcha debido a los actos de vandalismos cometidos por un grupo minoritario, pertenecientes a los denominados Black blocs.
En Sao Paulo, donde se celebrará el partido inicial de la Copa entre los seleccionados de Brasil y Croacia, la Policía disparó bombas de gases lacrimógenas contra una multitud de mil 200 personas, tras la quema de contenedores de basura.
Tras la confusión creada, un grupúsculo rompió escaparates, así como destruyeron dos agencias bancarias y una tienda de auto de la calle Consolación.
Al menos 20 personas fueron detenidas y tres ciudadanos resultaron heridos, entre ellas un fotógrafo por el impacto de una bomba lacrimógena en un pie.
En Río de Janeiro, donde se realizarán siete partidos de fútbol, incluida la final de la Copa, mil 300 estudiantes se concentraron en el centro esta ciudad para demandar recursos y fondos para los sectores de educación y salud, luego de dos días de un paro realizado por choferes y conductores de ómnibus.
La situación más crítica se registró en Recife, la capital del estado de Pernambuco, donde los actos de vandalismo y violencia estuvieron relacionados con un paro de policías y bomberos.
A pesar del despliegue de la Fuerza Nacional y tropas del Ejército se reportaron saqueos en tiendas, comercios, supermercados en todos los barrios de la región metropolitana de Recife.
Las escuelas suspendieron las clases y los comercios no abrieron debido al clima de inseguridad reinante en esa ciudad, donde ocurrirán cinco partidos de la Copa.
Tras el cese anoche del paro y el reinicio de la vigilancia policial, la calma retornó a este territorio del nordeste brasileño.
En Brasilia, miembros del Movimiento de Trabajadores sin Techo invadieron el edificio de la compañía inmobiliaria del gobierno del Distrito Federal y propietaria del estadio nacional Mané Garrincha.
Un grupo realizó una marcha hasta las proximidades del estadio, otra de las sedes de esta competencia que se celebrará del 12 de junio al 13 de julio próximo.
Otras protestas se reportan en Salvador, Belo Horizonte, Natal y Salvador de Bahía, entre otras de las 12 sedes del Mundial.
Esta jornada fue seguida de cerca por el gobierno federal, que evaluó la situación con miras a llamar al dialogo a los grupos sociales y populares.
Brasilia, 16 de mayo 2014
Crónica Digital / PL