Matías Muñoz Valenzuela, Presidente del área de Jóvenes y miembro de la comisión política de la Izquierda Ciudadana. Tiene estudios en Antropología y actualmente cursa Derecho en la Universidad Bolivariana. El 2012 fue candidato a Concejal por la comuna de la Pintana; sector donde ha levantado en conjunto con otros jóvenes plataformas multisociales de trabajos territoriales con diversas organizaciones.
Con el líder juvenil conversamos sobre las prácticas políticas que hoy se aplican a la sociedad, y que han significado una baja en los niveles de participación, por tanto; de representación. Es por ello que en esta oportunidad Matías aborda los desafíos de la juventud y los temas ligados a Educación, Medio Ambiente, Drogas, Diversidad Sexual, y la situación que vive Venezuela. Desde el espacio de jóvenes reconoce que “hay que avanzar en formas más profundas de democracia no sólo representativa, sino participativa y comunitaria”, apuntando a renovar el rito de lo público a través del proceso de cambio que es la Revolución Ciudadana.
¿Cuáles son los desafíos que deben enfrentar los jóvenes de la Izquierda Ciudadana este año?
El Espacio de Jóvenes de la Izquierda Ciudadana -que se conecta e inscribe en la generación de una política de izquierda del siglo XXI en Chile- pasa básicamente por la acción de escuchar, organizar e imaginar, y eso para la izquierda es todo un desafío, pues comprendemos que los modelos sobre los cuáles se hizo política anteriormente están agotados. La pregunta que creo sigue siendo una cuestión clave es ¿Cómo organizamos al sujeto político para los cambios?
Hoy día eso no es menor, es decir, desde el año 2011 en adelante vemos movimientos sociales y presencias colectivas muy potentes por las calles del país, sin embargo los niveles de participación en las elecciones son bajísimos, tenemos ahí diversas opciones para reflexionar. Yo creo que hoy existe una mayor tasa de politización (por decirlo de algún modo),el tema es que las viejas formas no seducen a la ciudadanía, y eso no sólo podemos reducirlo al problema de la legitimidad del origen del orden institucional actual como causa que, claro está debemos sanar por medio de una Asamblea Constituyente, sino que -y por eso es relevante la invitación a una Revolución Ciudadana como lo hemos señalado desde nuestro partido- hay que avanzar en formas más profundas de democracia no sólo representativa, sino participativas y comunitarias, hay que conquistarlas renovando el rito de lo público.
Comparto el diagnóstico que hace Boaventura de Sousa Santos, uno de los convocantes al Foro Social Mundial; la democracia representativa en manos del neoliberalismo fracasó, contiene dos patologías: los representados sienten que sus representantes no los representan y creen que su participación no va a cambiar nada. En ese contexto reitero, para nosotros es clave lo que los ciudadanos de a pie en Chile están diciendo y cómo eso va nutriéndonos y entretejiendo el diseño de una política para ofrecerle al país.
¿A nivel del tema educacional qué están pensando?
Los desafíos en el área de educación, y esto lo digo como estudiante, son que miramos con una desconfianza constructiva al futuro gobierno y las reformas que ahí se van a instalar. En tanto militante, somos parte del Gobierno y vamos a apoyar con todo la aplicación del programa, pues creemos responde en lo grueso a las demandas instaladas por nosotros. Puede sonar extraña esta distinción que hago, pero dice razón con que nosotros respetamos la autonomía del movimiento social, porque este partido se levanta sobre la idea de construir sujetos políticos populares, como lo dije anteriormente, que empujen un proceso de cambio en el país, proceso que hemos denominado Revolución Ciudadana, y no objetos políticos para el partido. Es bastante distinto, no sólo es una diferencia conceptual, es una diferencia desde el punto de vista de la perspectiva política y el papel que juegan los actores sociales en esa transformación.
Y en ese sentido, todo lo que diga razón con avanzar en esta reforma, en el hecho que, la Educación sea gratuita, de calidad y que además esta se inscriba en un proyecto de desarrollo nacional, va a ser el gran desafío. Y no sólo un desafío desde el punto de vista de la movilización ciudadana, porque la calle tiene que seguir siendo el teatro de operaciones más grande para la izquierda, sino también desde el punto de vista del contenido, ¿Cuáles son los contenidos que va a tener esta nueva educación? Todavía está en disputa si la educación gratuita va a ser mediante fondos basales a las universidades o en un subsidio global, está en disputa el hecho de cómo van a haber instituciones privadas que van a ser gratuitas y que van a estar produciendo bienes públicos y ahí la pregunta es ¿cómo entendemos lo público?
Y el cómo entendamos lo público es el cómo vamos a avanzar finalmente hacia la sociedad que queremos en Chile. Donde lo público tiene que ser neurálgico en la manera en que se organiza el poder, porque justamente ahí se expresa la soberanía de los ciudadanos y las ciudadanas. Y no cómo ha sido hasta ahora en Chile fruto de las lógicas neoliberales, en donde lo privado lamentablemente ha copado todos los espacios sociales.
¿Podrías profundizar más en el tema?
Solo me referiré a la cuestión universitaria.
Para nosotros el debate en la educación es visualizar cuáles son las crisis de la universidad del siglo XX y operar desde ahí; tenemos la convicción de que la universidad del siglo XX está en crisis. La demanda del movimiento estudiantil no debe de ser por la nostalgia de los 60 y los 70, porque esa universidad tampoco incorporó a mis padres y, reprodujo saberes coloniales y patriarcales que deben buscar una aproximación crítica desde los nuevos programas de estudios. Tengo dudas, por ejemplo, de si en medicina de la UCH se dan cursos de medicina mapuche, etc. Eso también debe comprometer el nuevo proyecto de educación.
La universidad del siglo XXI que es lo que nosotros tenemos en mente, pasa por dar cuenta de la crisis de hegemonía en la universidad pública: los discursos, la producción teórico-política que se elabora desde esos espacios tiene menor peso que lo que está diciendo el Centro Libertad y Desarrollo en este país, por dar un ejemplo. Hay crisis institucional y de legitimidad, el acceso y la democratización de los planteles sigue siendo un desafío.
Creo que hay que avanzar hacia una ecología de saberes. El conocimiento que se produce en la academia no debe ser el conocimiento con mayúscula respecto de los saberes de los grupos étnicos; de los pobres rurales o de la ciudad. No es casual que el 80% de la biodiversidad del mundo esté justamente en territorio indígena. Algo estamos haciendo mal desde el punto de vista del “conocimiento científico” en materia del desarrollo sustentable, la universidad tiene mucho que desaprender.
Desde ese lugar vuelvo nuevamente a la escucha, pues la política no la deben secuestrar los “expertos”, porque eso termina siendo tecnocracia y la tecnocracia, en tanto supone ausencia de ideología -y sólo la supone-, es una puerta abierta a la corrupción debido a que se vacía de grandes relatos utópicos a la política y la política misma se vuelve mera administración.
¿En términos Medioambientales, tienen un programa de acción?
Miro con optimismo lo que acaba de plantear Evo Morales a propósito de una Corte Penal Internacional en materia ambiental. No deja de impresionarme el hecho que una vez que se produjo el terremoto en Japón, parte del material tóxico de las centrales nucleares lo tiraron directamente al mar, a las costas de Japón, claro. Todos sabemos que las dinámicas propias del mar van a llevar ese material por todos los rincones del mundo, entonces parece ser que hay que avanzar en una concepción de bienes de la humanidad: como el mar, que no corresponde a una nación en particular, porque la globalización tiene cosas buenas y cosas malas, y ha formado una conciencia planetaria muy potente acerca de nuestro ecosistema.
También creo que hay que avanzar en derechos de la pachamama, porque el medioambiente ya tiene el lenguaje economicista del medio: ¿medio para quién? Esta concepción moderna de que el hombre iba a terminar controlando la naturaleza suena de fondo. Tenemos que avanzar en lo que ha hecho Ecuador, donde ha declarado constitucionalmente los derechos de la madre tierra. La naturaleza merece respeto y ser tratada como un fin en sí mismo, porque como seres humanos, como generación además – si se quiere hablar como jóvenes- estamos poblando el planeta y hay que asegurar el plantea para muchos años más y gentes más, Gandhi decía: “hay que vivir sencillamente para que otros puedan sencillamente vivir”.
¿Respecto a las drogas, qué nos puedes decir?
La política que enfrentó a las drogas como un problema criminal fracasó en el mundo entero. Lo que está sucediendo en México es parte de los síntomas que se podrían venir a futuro en Chile si no se trabaja el tema de las drogas como corresponde. El problema de las drogas no es un problema criminal; es un tema de salud pública.
Y en ese sentido yo personalmente estoy a favor de la legalización de las drogas.
¿Y cuál es su postura en torno a temas cómo la Diversidad sexual?
Nos manifestamos en una lectura y praxis de respeto a todas las opciones sexuales. Tal como entendemos el carácter histórico del capitalismo colonial y patriarcal que nos domina y, déjame decir que el capitalismo tiene apenas 500 años, no es eterno como lo han querido hacer sentir los medios de comunicación dominantes, la heterosexualidad también es una construcción histórica que dibuja normas sobre los cuerpos. Es mejor hablar de heterohegemonía que de heterosexualidad como si fuera algo “natural”. Entonces como justamente estamos en contra de naturalizar ciertos procesos sociales también nos manifestamos en contra de naturalizar roles sexuales.
Como Espacio de Jóvenes IC estamos a favor del matrimonio igualitario. A favor de la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Pues, queremos proteger la familia, y no en términos conservadores, la familia juega un rol notable en el desarrollo de niños y niñas, y en coherencia con eso creemos que aumentando las formas en que esta se constituye avanzamos hacia niveles mayores de felicidad.
¿Cuál es la posición del Espacio de Jóvenes IC respecto a la situación que hoy ocurre en Venezuela?
Reconocemos los avances que ha generado el proceso de la revolución y respetamos la voluntad soberana del pueblo que se manifiesta claramente en los procesos electorales y de participación en la hermana república de Venezuela. Lo que nosotros vemos en Venezuela es la tentación fascista por parte de la ultraderecha, dado el hecho de que ya por las vías institucionales no pueden generar una correlación de fuerzas favorables a sus intereses.
Por Camila Herrera. La autora es estudiante de periodismo de la USACH
Santiago de Chile, 4 de abril 2014
Crónica Digital
¡Muy de acuerdo! Deseo sumarme a la juventud ¿como lo hago?