Tal como se ha establecido, en un estilo muy chilensis, el próximo Premio Nacional de Literatura le correspondería a un narrador. Esto porque el premio se da cada dos años y se alterna entre poetas y narradores. Los que escriben crónicas, ensayos, artículos, dramaturgia, historia, filosofía, están descartados. Para quienes controlan el premio sólo son escritores merecedores del galardón los autores que escriben poemas, novelas y cuentos. Sobre esta situación hay mucho que corregir y aclarar, pero eso es tema para otra ocasión.
Dicho esto, y aceptando las “reglas” actuales del premio, quiero expresar que, en mi opinión (muy personal, valga el Perogrullo), los narradores con mayores méritos para obtener el premio en esta oportunidad, son Patricio Manns, Luis Sepúlveda, Ramón Díaz Eterovic y Jorge Marchant Lazcano. Afirmo esto después de leer sus obras y las de diez narradores más. Pero como no pueden ser premiados todos al mismo tiempo, considero que el próximo Premio Nacional de Literatura -2014- lo debería recibir Patricio Manns, que no sólo ha escrito algunas novelas estupendas, sino que ha escrito poemas notables que ha musicalizado y dado a conocer en toda Latinoamérica. La poesía de este autor tiene, además de enjundia social, un lirismo universal. En mi consideración Patricio Manns, junto a Pablo de Rokha, César Vallejo, Violeta Parra, César Dávila Andrade, José Antonio Ramos Sucre, Silvio Rodríguez y Oliverio Girondo, entre otros, es uno de los poetas más interesantes que ha dado el continente.
El problema con Manns es que la inmensa mayoría, sobre todo entre los poetas chilenos, lo califican como cantautor y no poeta ni escritor. Esto me lo han dicho personalmente muchos escritores y poetas. Incluso me han dicho que Manns no es poeta porque no ha publicado libros de poesía, cuestión que además de ignorancia demuestra estupidez. Porque claro, bajo ese argumento Homero no sería poeta porque jamás publicó libros y sólo cantaba sus poemas. Los poetícolas (como dice Armando Uribe) dan para todo, y de esos pajarracos sobran en nuestra comunidad literaria. Patricio Manns ha publicado en poesía Memorial de Bonampak (1995) y Cantología (2004). En cuanto a la narrativa, ha publicado varias novelas que han merecido amplio reconocimiento. Entre sus libros se cuentan: De noche sobre el rastro (1966); Buenas noches los pastores (1972); Actas de Marusia (1974); Actas del Alto Bío-Bío (1984); Actas de muerteputa (1987); De repente los lugares desaparecen (1991); El corazón a contraluz (1996); Memorial de la noche (1998); El desorden en un cuerno de niebla (1999); La vida privada de Emile Dubois (2004); Diversos instantes del reino (2006); El lento silbido de los sables (2010); La conjetura escita (2013). En 2001 publicó el volumen de cuentos La tumba del zambullidor. Varios de estos libros han sido premiados.
Por otro lado, tengo la convicción fundada de que los integrantes del jurado desconocen (no han leído) la obra de quienes aspiran al Premio Nacional de Literatura, lo que es grave. La excepción puede que sea el último escritor premiado cada dos años, que también integra el jurado, aunque no podría asegurarlo rotundamente. Me parece que no se puede andar juzgando tal o cuál literatura sin leerla en su totalidad. Aunque esta actitud es muy de chilenos, opinar sobre la base de solapas, contraportadas o de oídas. Es cosa de analizar cada año, por dar un ejemplo, los fallos, en distintas instancias, de la mayoría de los consejeros, jurados y evaluadores del Consejo Nacional del Libro y la Lectura.
Por Alejandro Lavquen
Santiago de Chile, 21 de febrero 2014
Crónica Digital