Con visitas a Milwaukee, Wisconsin y Nashville, Tennessee, el presidente estadounidense, Barack Obama, concluye hoy una gira nacional donde intenta fijar varios puntos de su agenda para este año, tras el recién pronunciado discurso sobre el estado de la Unión.
Con una popularidad eclipsada y sondeos que muestran la ansiedad y pesimismo de los votantes, Obama pretende promover su agenda económica, atacada por la oposición republicana.
El mandatario realizó el miércoles escalas en Lanham, Maryland y West Mifflin, Pensilvania, y en cada una de ellas insistió en su proyecto de aumento del salario mínimo y un plan de ahorro para los jubilados.
Durante sus intervenciones, Obama insistió en su reclamo al Congreso que diera luz verde al aumento del salario mínimo, de 7,25 dólares a 10,10 dólares por hora.
También pusó énfasis en que las mujeres merecen los mismos honorarios que los hombres por realizar similar trabajo, luego de develarse que las féminas norteamericanas ganan como promedio apenas 77 centavos frente a cada dólar que reciben los del sexo masculino.
También recabó un mayor apoyo de los legisladores, a fin de que los estadounidenses puedan ahorrar para la jubilación.
Casi el 50 por ciento de los empleados a tiempo completo del país carecen de acceso a los planes de retiro que ofrecen las compañías para las cuales trabajan, de acuerdo con datos de la Casa Blanca.
El gobernante demócrata, quien se enfrenta a un Congreso marcado por el obstruccionismo, expuso el martes ante la nación el resumen de su gestión anual y trató de inspirar optimismo sobre la recuperación económica, enfatizando en el apoyo a la clase media.
Denominó a 2014 como un “año de acción” en el cual intentará concretar algunas de sus múltiples promesas electorales incumplidas, como la reforma migratoria integral, la lucha contra el cambio climático y el cierre de la cárcel en la base naval de Guantánamo, en territorio ocupado a Cuba.
Obama advirtió que hará gala de sus facultades ejecutivas mediante decretos en caso de que el Capitolio siga dándole la espalda a su agenda.
Analistas observan que al mandatario le resultará muy difícil conciliar la anuencia bipartidista para avanzar en sus planes de gobierno, por lo cual su “año de acción” podría convertirse en otro año de discordias y estancamiento.
Washington, 30 enero 2014
PL