Siria espera de la conferencia Ginebra II resultados claros como el combate al terrorismo, así como la voluntad de detener el apoyo externo a ese fenómeno, afirmó hoy el presidente Bashar Al-Assad.
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En entrevista concedida a la agencia AFP, al-Assad argumentó sobre la importancia de presionar a los países que exportan el terrorismo, especialmente a Arabia Saudita y Turquía, así como a los países occidentales que proporcionan cobertura política a esas agrupaciones.
Es imposible que haya una solución política al conflicto sirio mientras exista el terrorismo en todas partes, no sólo en el país, sino también en naciones vecinas. Cuando ese terrorismo deje de entrar, poner fin a la guerra no llevará más de unos pocos meses, dijo.
Desde el punto de vista político, agregó, es posible que Ginebra II contribuya a un proceso de diálogo entre los sirios, y dentro de Siria, pero esa conferencia no puede ser sustituta del consenso nacional.
La propuesta presentada por Damasco, explicó, se basa en un proceso para facilitar ese diálogo. Siempre ha sido nuestra opinión que cualquier iniciativa debe ser colectiva y generada tanto por los actores políticos dentro de Siria, como por el pueblo en general, expresó.
Al referirse a su participación en las futuras elecciones, Al-Assad expresó que, de momento, “las posibilidades de mi candidatura son significativas”, pero dependen de dos aspectos: uno, mi decisión personal; y otro, la voluntad del pueblo sirio.
En lo que a mí respecta, sostuvo, yo no soy del tipo de persona que se aferra al poder, aunque no veo ninguna razón por la cual no debería estar (en los comicios) si esa es la opinión popular llegada la ocasión (en unos cuatro meses).
En relación con el curso actual del conflicto, el Presidente afirmó que el Estado está avanzando, pero ello no quiere decir que la victoria está cerca, pues este tipo de batallas son complicados, difíciles, y requieren de una gran cantidad de tiempo.
Al ser interrogado sobre si los recientes acuerdos de alto el fuego entre el Gobierno y los armados en localidades como Moadimiye y Barzeh (en Damasco Campo) pueden constituir una alternativa a Ginebra II, Al-Assad dijo que aunque esas acciones han demostrado ser eficaces, son independientes del proceso político sobre el futuro de Siria.
En relación con afirmaciones occidentales de que las Fuerzas Armadas bombardean poblaciones civiles, el Presidente dejó claro que el Ejército sólo ataca las zonas donde hay terroristas, no obstante, acotó, las bajas civiles son desgraciadamente las consecuencias de cualquier guerra y, por ello, la única solución es poner fin a la misma.
Pero el Ejército Sirio, enfatizó, no bombardea barrios donde hay ciudadanos. De hecho, en el país hay tantas personas desplazadas porque cuando los terroristas entran en una zona obligan a los pobladores a irse.
El grado de barbarie e inhumanidad a que los terroristas han llegado en Siria, ejemplificó, nos recuerda lo que sucedió en la Edad Media en Europa hace más de 500 años o, en tiempos más recientes, las masacres de los otomanos contra los armenios, cuando mataron a un millón y medio de personas, así como a medio millón de cristianos ortodoxos en Siria y el territorio turco.
Por otra parte, sobre el tema de la destrucción de las armas químicas, Al-Assad manifestó que Siria ha cumplido su parte en la preparación y recogida de datos y el acceso a los inspectores internacionales a las instalaciones.
El resto del proceso, agregó, depende de la OPAQ y los países que estén dispuestos a neutralizar los materiales en sus territorios, por lo cual Siria no puede determinar el tiempo que requerirán esas acciones.
Damasco, 20 de enero 2014
PL