Mis primeros recuerdos como hincha de la Universidad Católica, los encuentro bastante lejos en el tiempo, en mis primeras visitas al estadio Nacional por allá en el año 1967, a mis infantiles siete años de vida. Mi hermano que a la sazón tenía diez años ya Hera todo un fanático, yo seguí sus pasos.
De mis recuerdos de niño puedo buscar y encontrar en mi memoria, nombres tales como Vallejo, Prieto, Fouillioux, Roselli, Oñate, Ubilla, Salinas, Almada, Yoma, Tudor, Tupper , Rosenthal y al pipo y al beto (GOROSITTO Y ACOSTA). Esta pequeña lista me habla de jugadores súper destacados y otros no tanto, mas yo siempre los seguí con toda la pasión de un hincha al que no le importaba mucho si éramos campeones o no, ya que siempre disfrute de ver jugar a la UC, con su camiseta tan blanca como la nieve que se podía ver desde las galerías del estadio nacional en la alta cordillera, con su franja cruzada en el pecho de eso hombres que antes mencione, azul como el cielo del atardecer, con ese pequeño banderín sobre el corazón con una cruz que dice club deportivo universidad católica, y no cruzados SADP.
Es en eso en lo que quiero hacer un punto, yo no quiero ser seguidor de una Sociedad Anónima, a la que ni siquiera le interesa si voy o no voy al estadio, pues los señores de sadp solo piensan en el dinero que les tocara en la repartija que hace el canal del futbol, o a cuantos muchachos nuevos, salidos de las divisiones inferiores van a poder vender por temporada, estos mercaderes del futbol piensan todos igualito, como ejemplo pongo al club san Felipe y Ranger de Talca, lugar de paso de futbolistas, como una feria o exposición.
No soy idealista al pensar que esto último está bien o está mal, ya que por estos días ya no tengo ideales en el futbol, ni siquiera pienso de que la selección chilena de futbol va a pasar a segunda rueda en el mundial Brasil 2014. Y el futuro de cruzados sadp, la verdad es que no me interesa en lo mas mínimo, claro, tengo que decir que en el corazón del hincha que hay en mí, hoy solo podemos encontrar un tremendo vacio, pues el club de futbol de la universidad católica ya no existe más.
De mi querida UC voy a ser hincha por el resto de mi vida.
Por Miguel Ángel González
Crónica Digital, 7 de enero 2014