Aunque resulte difícil de creer al escuchar Mediterráneo o Piel de manzana, Joan Manuel Serrat cumple hoy 70 años de edad convertido en referencia musical y sentimental para España y Latinoamérica.
Sus canciones de sentimiento y sustancia lo convirtieron en el español de la década prodigiosa de los años 60 del siglo pasado, una especie de Bob Dylan para los jóvenes de habla hispana (y catalana) de aquellos tiempos.
A golpe de poesía se impuso a la intolerancia y los vientos en contra en una España que pugnaba por cambiar y pese a vicisitudes como las de Eurovisión 1968 supo conjugar en su vida artística, como pocos, la doble condición de cantante popular y de culto.
Su decisión de cantar en catalán parte de La,la la -elegida para representar a España en Eurovisión- le privó del que pudo haber sido su primer triunfo y al final fue para Massiel, quien ganó la competencia con la canción de Ramón Arcusa y Manuel de la Calva.
Serrat inició su vida artística como cantautor, con letras comprometidas y poéticas e hizo de la llamada nueva canción un fenómeno comercial, pese a haber sido proscrito en la radio y televisión españolas.
Su música llevó a poetas como Antonio Machado, Miguel Hernández o Rafael Alberti a niveles populares, con interpretaciones que calaron en una generación que reconoció ideas y no sólo melodías vacías o huecas.
Tal vez haya que agradecer a los censores españoles, que prácticamente lo condenaron al ostracismo, su llegada a la América Latina (México, Argentinaâ��), donde también su pensamiento hecho música fue arma intelectual contra las dictaduras de la época.
Con cerca de medio millar de canciones propias, Serrat sigue el mismo camino elegido muy joven, cuando dejó la Universidad por la guitarra y la Biología por la Poesía, para ser fiel a la pasión que ha confesado le arrebató desde su infancia en la natal Barcelona.
Junto a figuras de la música catalana como Lluís Llach y Raimon integró inicialmente la agrupación Els setze jutges (Los dieciséis jueces, en catalán), cultivadores de la “nova cancó”.
Después escogió su propio camino, sin pensar en oportunidades. Si hasta 1968 fue mal visto por las autoridades españolas por cantar en catalán, cuando decidió hacerlo también en castellano ofuscó a sectores nacionalistas de Cataluña, pero siguió hasta hoy.
Nació el 27 de diciembre de 1943 en Barcelona y deja ya una larguísima relación de clásicos con huellas en generaciones y en más de una Piel de manzana, que sigue sonriendo con los ojos llenitos de ayer, aunque no siga siendo así su cara ni su piel.
Por Miguel Lozano
Madrid, 27 de diciembre 2013
Crónica Digital / PL