El alto oficial que asesinó al mayor de ejército Mario Luis Iván Lavanderos Lataste por liberar a 55 uruguayos y a 13 bolivianos presos en el Estadio Nacional, fue procesado en Chile por el delito de homicidio 40 años después del homicidio cometido en la madrugada del 18 de octubre de 1973 por el teniente coronel David Reyes Farías, actual profesor de inteligencia de la academia de guerra del ejército.
El juez especial Mario Carroza Espinosa dictó el procesamiento contra Reyes Farías el 21 de octubre 2013 (1), pero la noticia sobre este caso silenciado fue conocida el viernes 8 de noviembre, cuando fue publicada en el sitio oficial del Poder Judicial (2) y difundida por muy pocos medios. El magistrado ordenó que el procesado sea aprehendido y prontuariado.
El 16 de octubre de 1973, un día y medio antes de su muerte y algo más de un mes después del golpe cívico-militar contra el Presidente Salvador Allende, cuando el mayor Lavanderos estaba a cargo de los extranjeros presos en el Estadio Nacional, decidió entregar a los 68 prisioneros al entonces embajador de Suecia Harald Edelstam, quien los trasladó de inmediato a su embajada en tres autobuses.
Según la resolución del juez Carroza, quien actuó como “ministro en visita extraordinaria”, el mismo magistrado que procesó las denuncias por los asesinatos de Allende y Neruda, el día 16 de octubre de 1973, al mayor Lavanderos Lataste, en su calidad de encargado de la Sección Extranjería del campo de prisioneros del Estadio Nacional, le correspondió tomar la medida de entregar a 55 ciudadanos uruguayos y 13 bolivianos detenidos en dicho recinto, al Embajador de Suecia, para que se les transportaran como refugiados hasta ese país.
El día que el mayor Lavanderos se jugó la vida estaba ausente de sus oficinas del Estadio Nacional, el “zar de los presos políticos”, el coronel de ejército Jorge Nicanor Espinoza Ulloa –falleció en impunidad el 26 de diciembre 2002–, más tarde “secretario nacional ejecutivo” de la Secretaría Nacional de Detenidos (SENDET), creada para dirigir las prisiones políticas masivas levantadas a lo largo del país y, en la práctica, “dueño supremo” de todos los campos de concentración improvisados por los usurpadores del poder. La figura de Espinoza Ulloa haciendo propaganda sobre el “bienestar” de los presos del Estadio Nacional, como si disfrutaran contentos de un campamento vacacional, aparece en varios documentales (3) y películas de ficción basadas en hechos reales (4). También describe su perfil el libro Terrorismo de Estadio, de la periodista Pascale Bonnefoy (5).
La investigación del magistrado Carroza determinó que, con posterioridad al 11 de septiembre de 1973, el Teniente Coronel David Reyes Farías, Profesor de Inteligencia de la Academia de Guerra del Ejército, empezó a cumplir labores para el Comandante en Jefe del Ejército [Augusto Pinochet] en una oficina en el Ministerio de Defensa, pernoctando en la Academia de Guerra del Ejército, donde en ocasiones efectuó interrogatorios a oficiales alumnos de dicha unidad militar, entre ellos al Mayor Mario Lavanderos Lataste, respecto al grado de simpatía con el Gobierno de Salvador Aliende y los partidos políticos que apoyaban a éste.
El mayor Lavanderos Lataste y el profesor de inteligencia Reyes Farías pernoctaban en el mismo recinto castrense, donde terminaron por encontrarse cuando la víctima terminó su guardia en el Estadio Nacional. Al día siguiente, en horas de la noche, el Mayor llega a la Academia de Guerra de1 Ejército, lugar donde habitaba, y se dirige al Casino de Oficiales, donde se encuentra con el Teniente Coronel David Reyes Farías, con quien se queda conversando hasta la madrugada del día siguiente, oportunidad en que ya se habían retirado todos los oficiales y solamente quedaba el asistente de mozo, quien fue el último en retirarse, no sin antes darse cuenta que los oficiales mantenían una discusión. Pasados unos minutos, y encontrándose a solas ambos oficiales, Reyes Farías procede con su arma de servicio a descargarle un disparo a Mario Lavanderos, con el cañón apoyado sobre el lado izquierdo del labio superior, siguiendo el proyectil su trayectoria hacia arriba y atrás, provocándole la muerte por herida de bala facio-craneana con salida de proyecti1.
El juez concluyó que los hechos descritos precedentemente constituyen el delito de homicidio cometido en la persona de Mario Luis Iván Lavanderos Lataste, perpetrado el día 18 de octubre de 1973 en Santiago, previsto y sancionado en el artículo 391 del Código Penal. También consideró “que de los antecedentes mencionados”, incluidas las declaraciones prestadas por David Reyes Farías, “se desprenden presunciones fundadas para responsabilizarlo en calidad de autor del delito referido”.
Junto con someter a proceso al inculpado Reyes Farías el juez ordenó: Despáchese orden de aprehensión contra del querellado por intermedio de la Brigada Investigadora de delitos contra los Derechos Humanos, de la Policía de Investigaciones (PDI). También dispuso: Practíquese en su oportunidad las notificaciones, designaciones legales, y prontuáriese al querellado. Solamente lo eximió del embargo de sus bienes: No constando en autos que el procesado posea bienes para embargar, no se dará cumplimiento a lo establecido en el artículo 380 del Código de Procedimiento Penal.
Para llegar a sus conclusiones de 5 páginas, la investigación del juez Carroza realizó numerosas diligencias e interrogatorios. La causa, que originalmente fue sobreseída por la justicia militar en 1975, fue deducida por Rodrigo Ubilla Mackenney, actual Subsecretario del Interior, en representación del Programa Continuación Ley N° 19.123 del Ministerio del Interior, que en 1992 creó la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR), y por Alicia Lira Matus, en representación de la ONG Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos AFEP.
También rindieron testimonios e entregaron informes la Fundación Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado de Santiago y el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos, el Servicio Médico Legal aportó el Protocolo de autopsia y otros documentos, mientras la Brigada Investigadora de Delitos contra los Derecho Humanos de la PDI acreditó los hechos denunciados. Otra pieza clave fue un informe pericial balístico realizado por el Laboratorio de Criminalística Central de la PDI.
Mario Carrozas obtuvo copias autentificadas de la Investigación Sumaria Administrativa que realizó el ejército por la muerte de Mario Lavanderos Lataste remitida por el Jefe del Estado Mayor General de Ejército, y numerosos testimonios de soldados y oficiales que presenciaron los hechos. Entre los numerosos personajes que declararon en la causa convocados por el juez figuran el general retirado Emilio Cheyre Toutin, padre del ex comandante en jefe Emilio Cheyre Espinoza y Jorge Nicanor Espinoza Ulloa, que dirigió el sistema de prisiones SENDET.
(Continuará)
Por Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno.
Referencias:
1) Decisión del Juez
http://www.poderjudicial.cl/
2) Nota de prensa Poder Judicial
http://www.poderjudicial.cl/
3) Ver Estadio Nacional, documental de la periodista Carmen Luz Parot
http://www.documentales-
4) Missing, de Costa Gavras, y El clavel negro, del director sueco Ulf Hultberg.
5) Terrorismo de Estadio, de Pascale Bonnefoy.
Ver http://www.libros.uchile.cl/
Tomado de Mapochopress
Santiago de Chile, 12 de noviembre 2013
PL