En estas líneas nos preguntamos si la propuesta de recaudación tributaria de un gobierno de coalición de “Nueva Mayoría” es significativa. Sugerimos que no se ofrecen grandes cambios. Para este efecto usaremos el texto publicado en http://michellebachelet.cl/programa/ Capítulos “Reforma Tributaria” y “Recursos Naturales”. En la primera parte de este artículo se analizará lo que se propone, para dejar en la segunda parte, lo que se pudo haber incluido.
La mayor sorpresa ha sido la postergación de la reforma tributaria en impuestos directos. En el programa se propone un aumento gradual de la tasa que paga la empresa de 20% a 25% (gradualmente en cuatro años). Para evaluar esta idea, hay que tener en cuenta que en Chile, curiosamente, el impuesto que pagan las empresas (Primera Categoría), es devuelto al capitalista como persona natural, cuando declara sus ingresos personales (Global Complementario). Esto se explica claramente en el último párrafo del sitio http://www.sii.cl/portales/inversionistas/imp_chile/impuesto_global.htm.
Técnicamente, a esta devolución se le llama crédito tributario. Este crédito tributario aumentará automáticamente con la tasa de impuesto a las empresas (en este caso del 20% al 25%). Como se mantiene este crédito tributario, la mera alza del impuesto a la empresa no tendrá otro efecto que pedir prestado lo que tendrá que devolverse en los años siguientes a mayor valor, cuando estas ganancias empresariales se vayan transformando en retiros personales.
Si no fuera porque al mismo tiempo, se propone en el programa reducir la tasa del Global Complementario en su tramo máximo de 35% a 30%, que apunta a personas muy ricas en Chile, en el mismo momento en que se alza el Impuesto de Primera Categoría. Sumando y restando, olvidando el mayor valor del dinero presente, la combinación de estas dos medidas permite bajar los impuestos a las personas de mayor ingreso y mantener la del resto.
No obstante, la eliminación del FUT, era el tema más esperado. El Fondo de Utilidades Tributables (FUT) acumula las ganancias que oficialmente no han sido repartidas a los dueños y por las cuales no pagan impuestos. Estas ganancias gozan de franquicia porque han sido reinvertidas, se sospecha que han sido usadas para el consumo improductivo y la especulación financiera. Actualmente, el FUT acumula más de un Producto Interno Bruto de Chile. El programa propone que a futuro, las personas paguen impuestos por todas las ganancias, hayan sido repartidas o queden retenidas en el negocio. Esto equivale a eliminar el FUT.
Curiosamente, en el programa se propone que esta eliminación comience a operar a partir del cuarto año, es decir, terminado el próximo gobierno y solo afectando a las ganancias que se obtengan a partir del cuarto año. Se pensaba por parte de muchos analistas, que esto se podía graduar, por ejemplo, haciendo tributar un cuarto de las utilidades acumuladas en el FUT por año de gobierno. Por otro lado, es de temer que las empresas tengan cuatro años para preparar estrategias elusivas.
Otra sorpresa mayor, es que se ofrece la posibilidad de aprovechar el cien por ciento de la inversión en bienes de capital, como gasto para bajar impuestos. En la actual legislación, también se le puede utilizar, pero para posponer el pago de impuestos y dividida en los años de vida útil de la maquinaria y equipo (depreciación anual), recortable hasta la mitad (depreciación acelerada tributaria). Sin embargo en el programa se les ofrece a las empresas acelerarla aún más: usarla en un solo año.
En este punto se advierte que serán especialmente favorecidas las empresas de menor tamaño, pero no se excluye al resto. Puede ser un error de redacción. Puede ser a partir del cuarto año, para amortiguar el efecto de eliminar el FUT, separando la inversión en bienes de capital del consumo improductivo. Se añade que se tendrá en cuenta la diferencia de uso en capital por sector económico, pero sin aclarar cómo; las empresas mineras, las eléctricas, son intensivas en comprar bienes de capital, podrían resultar las grandes favorecidas. Llama la atención que siquiera se exija para gozar de este beneficio tributario, que la inversión sea adquirida en nuestro país para promover la manufactura local
En relación al IVA (más de 50% de la recaudación actual) se propone eliminar los privilegios que usan las empresas constructoras para eludirlo, pero no se estima su impacto tributario. A falta de información, esta partida puede englobarse dentro de un conjunto de medidas destinadas a combatir la elusión y la evasión, las cuales reportarían según los autores, cerca del 0,5% del PIB. En relación a los específicos, se pretende aumentar bebidas alcohólicas, tabaco, timbres y estampillas; en cualquier caso, estos últimos representan menos del 5% del total de impuestos del país.
Se han excluido entonces otras materias que han estado en el debate público. En primer lugar, la diferenciación del IVA, algo común en Europa y en América Latina. Por ejemplo, eliminado el IVA que afecta a los libros o a ciertos fármacos y compensando con alzas de IVA en bienes de lujo. También se ha excluido alzas a los aranceles (derechos) a la importación de ciertos bienes, lo cual habría protegido de la competencia extranjera al producto nacional “semilla” que promete valor agregado tecnológico, o alzas que permitiesen obtener recursos fiscales de las importaciones de suntuarios y contaminantes.
En cuanto a las ganancias sobre normales que captura la minería trasnacional, no hay mención en el programa. Al contrario, en el capítulo sobre Recursos Naturales, se sugiere que el dilema de Chile es enfrentar el alza de costos que enfrenta este sector, por lo cual cabría pensar que estas ganancias se están esfumando. Tampoco se menciona la eliminación del subsidio forestal que ayuda a grandes grupos económicos. En el agua, no se considera ningún royalty por el consumo de las grandes empresas que la están agotando; tampoco se grava la extracción pesquera a gran escala que recibió cuotas gratuitas. Se omiten la internacionalmente recomendada tasa Tobin, que desincentiva a los capitales financieros especulativos internacionales, y a los royalty regionales.
Queda la duda si se habrán considerado las múltiples franquicias que favorecen a los mayores ingresos, como por ejemplo, la evasión del impuesto a las herencias, la evasión del impuesto territorial, la tasación de bienes no agrícolas y agrícolas y la absorción de pérdidas comprando empresas fantasmas. En el caso de la gran minería, se ha ocupado el endeudamiento internacional y existen interrogantes sobre el reconocimiento del ingreso por subproductos.
En conclusión, hasta el momento no queda claro, cómo esta reforma tributaria, podría aportar al Estado un 2,5% del PIB en nuevos impuestos, meta planteada por el programa. La única reforma que parece relevante es la eliminación del FUT, pero en cuatro años más y amortiguada por un beneficio fiscal del total de la inversión. Una posibilidad es que en este texto haya errores de interpretación Otra posibilidad es ¿no se estará apostando una vez más al crecimiento económico y a fiscalizar la elusión? Difícil respuesta.
Por Jan Cademartori. Economista. Colaborador de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 7 de noviembre 2013
Crónica Digital