El acuerdo para poner fin a la parálisis parcial del Gobierno y evitar que la mayor economía del mundo entrara en una histórica cesación de pagos mantiene la crisis pese al respiro que da a los estadounidenses.
Tras la aprobación por el Congreso y la firma del presidente Barack Obama del acuerdo de último minuto, las actividades en el país se normalizaron hoy y se abortó la histórica cesación de pagos que habría desatado un desastre financiero, estiman políticos, medios de prensa y economistas.
Pero, la ley, aprobada por el Senado y la Cámara de Representantes luego de que los republicanos cedieron en sus esfuerzos por condicionar su aval a cambios en la ley de salud del mandatario, solo es un respiro, pues estará latente la crisis y los enfrentamientos entre republicanos, demócratas y la Casa Blanca no cesarán.
El acuerdo de última hora solo es una solución temporal y no resuelve los temas fundamentales de gasto y déficit que dividen a los republicanos y demócratas. El gobierno tiene fondos hasta el 15 de enero y el tope de la deuda aumentó hasta el 7 de febrero.
El Gobierno puede enfrentar otra parálisis a principios del próximo año y el techo de la deuda también amenaza.
Esperemos que la próxima vez no sea a última hora, advirtió Obama, quien vio amenazada durante las negociaciones la ley de salud, uno de sus pocos logros durante sus años en el gobierno.
El acuerdo firmado por el mandatario pasada la medianoche del miércoles fue aprobado por el Senado en una votación de 81 a 18 y en la Cámara de Representantes por 285 a 144.
Ahora le corresponde a un panel bipartidista de legisladores, que aún no fue creado, trabajar para un arreglo de largo plazo para reducir el déficit, que tendrían que ser aprobadas por el pleno del Congreso, otra etapa que no estará exenta de los duras intercambios ocurridos días atrás y que debe estar listo para el 13 de diciembre.
Por lo pronto, el enfrentamiento fiscal 2013 fue algo desastroso, especialmente para los republicanos, asegura hoy el diario The Hill, especializado en temas del Congreso.
Washington, 17 octubre 2013
PL