El presidente estadounidense, Barack Obama, admitió hoy que el impago de la deuda nacional tendría un profundo efecto desestabilizador en la economía mundial y urgió al Congreso lograr un acuerdo para evitar el shutdown, o cierre parcial del gobierno.
En una declaración a la prensa en la que se refirió a dos temas: economía y política exterior, el gobernante instó a “romper este ciclo” de desacuerdos partidistas en un claro llamado a los legisladores republicanos para zanjar un capítulo muy similar al vivido en 2011 y que costó a Estados Unidos la rebaja de su calificación crediticia.
Obama saludó la aprobación este viernes en el Senado de un proyecto de ley que permitirá financiar las actividades de las agencias federales hasta el 15 de diciembre y que, a su vez, elimina una demanda republicana contra el financiamiento a la reforma de salud promulgada en 2010, conocida como Obamacare.
Si no hay un pacto en el Capitolio, el 1 de octubre miles de empleados no esenciales de varias dependencias gubernamentales tendrán que acogerse a una licencia obligatoria no remunerada durante varias semanas, e incluso el Pentágono advirtió a los militares que sus pagos podrían dilatarse debido al cese de labores del personal administrativo.
Los republicanos condicionaron en su propuesta entregar los fondos de continuidad, pero cortar los fondos de la ley de asistencia sanitaria, el principal logro legislativo del mandatario desde que asumió el poder en enero de 2009.
La batalla fiscal debe concluir con el incremento del techo de la deuda pública, que se encuentra ya en los 16,7 billones de dólares.
En su declaración, Obama también dijo que habló hoy con su par iraní Hassan Rohani por teléfono como parte de los esfuerzos diplomáticos para resolver la rivalidad con Teherán respecto a su programa nuclear, el cual la nación persa defiende como derecho soberano a su uso con fines pacíficos.
La conversación, es la primera comunicación directa entre los presidentes de ambos países en 30 años.
Washington, 27 septiembre 2013
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