El 23 de Septiembre se cumplen 40 años de la muerte de Pablo Neruda. Fue un comunista y un poeta, considerado entre los mejores y más influyentes de su siglo, Siendo llamado por el novelista Gabriel García Márquez “el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma”. Entre sus múltiples reconocimientos destacan el Premio Nobel de Literatura en 1971.
Fue un destacado activista político, siendo Senador de la República, integrante, del Comité Central del Partido Comunista de Chile y pre-candidato a la Presidencia. El 30 de septiembre de 1969 Pablo Neruda fue nombrado candidato a la presidencia de la República por el Partido Comunista de Chile y desde ese día hasta el primeros de enero de 1970, en que renunció a su candidatura a favor de la de Salvador Allende, el poeta Pablo Neruda insigne militante del partido desarrolla una amplia campaña electoral a lo largo del país. Activista político, revolucionario y poeta, en cada acto también llevó la poesía a sencillos habitantes y traía agua y luna, pan y vino, guitarras y herramientas .
Fue víctima de persecución política, militó en la clandestinidad. Y conoció la vida del exilio. Además fue un incansable defensor de la paz Participó en la clausura del Primer Congreso del Movimiento Mundial de Partidarios de la Paz y es nombrado miembro del Consejo Mundial de la Paz.
Unos días antes de su muerte, su casa de Isla Negra fue arrasada por el ejército de Pinochet. Los soldados le advirtieron al poeta que sabían que en su casa ocultaba armas. Neruda admitió que, efectivamente, tenía un arma muy poderosa, aunque no podrían llevársela; que su arma era la palabra.
Su funeral fue la primera gran manifestación de protesta contra la dictadura que había derrocado al presidente constitucional Salvador Allende.
Su compromiso político que muchas veces se ve plasmado en sus obras. Pablo Neruda, como poeta, expresa en su poesía su mundo interior y circundante. Y su poesía fue como el pan en la mesa del pueblo:
“No escribo para que otros libros me aprisionen ni para encarnizados aprendices de lirio, sino para sencillos habitantes que piden agua y luna, elementos del orden inmutable, escuelas, pan y vino, guitarras y herramientas. Escribo para el pueblo, aunque no pueda leer mi poesía con sus ojos rurales. Vendrá el instante en que una línea, el aire que removió mi vida, llegará a sus orejas, y entonces el labriego levantará los ojos, el minero sonreirá rompiendo piedras, el palanquero se limpiará la frente, el pescador verá mejor el brillo de un pez que palpitando le quemará las manos, el mecánico, limpio, recién lavado, lleno de aroma de jabón mirará mis poemas, y ellos dirán tal vez: “Fue un camarada”.
El arte poética de Neruda, es la de un poeta con residencia en la tierra. Pero no olvida la melancolía, y el gastado sentimentalismo que nos habita:
“Es muy conveniente, en ciertas horas del día o de la noche, observar profundamente los objetos en descanso: las ruedas que han recorrido largas, polvorientas distancias, soportando grandes cargas vegetales o minerales, los sacos de las carbonerías, los barriles, las cestas, los mangos y asas de los instrumentos del carpintero. De ellos se desprende el contacto con el hombre y de la tierra como una lección para el torturado poeta lírico./…. Así sea la poesía que buscamos, gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y a azucena salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley. Una poesía impura como traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos. La sagrada ley del madrigal y los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oído, el deseo de justicia, el deseo sexual, el ruido del océano, sin excluir deliberadamente nada, sin aceptar deliberadamente nada, la entrada en la profundidad de las cosas en un acto de arrebatado amor, y el producto poesía manchado de palomas digitales, con huellas de dientes y hielo, roído tal vez levemente por el sudor y el uso/…. Y no olvidemos nunca la melancolía, el gastado sentimentalismo, perfectos frutos impuros de maravillosa calidad olvidada, dejados atrás por el frenético libresco: la luz de la luna, el cisne en el anochecer, “corazón mío” son sin duda lo poético elemental e imprescindible. Quien huye del mal gusto cae en el hielo.”
En el Discurso pronunciado con ocasión de la entrega del Premio Nobel de Literatura en 1971. El Poeta Pablo Neruda, manifiesta en su condición de poeta y militante Comunista. Su compromiso con la lucha del pueblo y su fe en el porvenir y en la victoria:
“Yo escogí el difícil camino de una responsabilidad compartida y, antes de reiterar la adoración hacia el individuo como sol central del sistema, preferí entregar con humildad mi servicio a un considerable ejército que a trechos puede equivocarse, pero que camina sin descanso y avanza cada día enfrentándose tanto a los anacrónicos recalcitrantes como a los infatuados impacientes. Porque creo que mis deberes de poeta no sólo me indicaban la fraternidad con la rosa y la simetría, con el exaltado amor y con la nostalgia infinita, sino también con las ásperas tareas humanas que incorporé a mi poesía.
Hace hoy cien años exactos, un pobre y espléndido poeta, el más atroz de los desesperados, escribió esta profecía: A l’aurore, armés d’une ardente patience, nous entrerons aux splendides Villes (Al amanecer, armados de una ardiente paciencia entraremos en las espléndidas ciudades.)
Yo creo en esa profecía de Rimbaud, el vidente. Yo vengo de una oscura provincia, de un país separado de todos los otros por la tajante geografía. Fui el más abandonado de los poetas y mi poesía fue regional, dolorosa y lluviosa. Pero tuve siempre confianza en el hombre. No perdí jamás la esperanza. Por eso tal vez he llegado hasta aquí con mi poesía, y también con mi bandera.
En conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres.
Así la poesía no habrá cantado en vano. “
Por Norton Contreras
Santiago de Chile, 22 de septiembre 2013
Crónica Digital
Pablo Neruda compartió plenamente su calidad de disciplinado militante comunista con su extraordinaria, profunda y extensa obra literaria. Los especialistas,los críticos, su Premio Nacional y su Nobel hablan de su calidad. En lo político, resalto los extraordinarios episodios vividos como candidato, senador y posterior hombre perseguido. De igual forma,fue electrizante y muy emotivo escuchar al compañero Corvalán señalar( más-menos) lo siguiente. “Presentamos al poeta y camarada Pablo Neruda. Al chileno más ilustre, al chileno más universal, al miembro de nuestro Comité Central a consideración de nuestro pueblo. Tuve a su vez, el privilegio y satisfacción de estar presente en el primer acto público de proclamación de Neruda en Iquique en octubre de 1969. Fue un acto conducido por el compañero Juan Valencia Hinojosa- héroe que integra el fatídico listado de fusilados de Pisagua. Volodia en forma brillante proclamó a Neruda.