Como país, hemos sido testigos estas últimas semanas de hechos inauditos que han merecido algunos tibios titulares en la prensa. No todos los que habrían sido necesarios si realmente los medios hubieran estado deseosos de crear un gran impacto colectivo sobre la materia.
Los hechos han sido, entre otros, la declaración del entonces candidato a la presidencia Laurence Golborne de que obedeciendo órdenes de sus patrones cuando era gerente general de la empresa Cencosud había aceptado lo que posteriormente se descubrió eran cobros ilegales a través decláusulas abusivas y alzas unilaterales en los costos de mantención de la tarjeta Jumbo, lo que perjudicó a miles de consumidores.
Otro ha sido la asunción a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de un “honorable” que con anterioridad había sido destituido como alcalde y condenado por apropiación de dineros fiscales Se trata del diputado Pedro Velázquez quien fue imputado por fraude al fisco y condenado a pagar 280 millones de pesos que le debe al Municipio de Coquimbo.
Y suma y sigue: la reactualización de la demanda contra el BancoEstado presentada en 2004 por el cobro de comisiones de mantención indebidas desde hace más de una década a los sufridos clientes de la institución.
Pero hay más: un iracundo Presidente de la Asociación de Bancos, Jorge Awad, reclamando con prepotencia por la nueva normativa que regula de ahora en adelante los aumentos sin el consentimiento expreso del consumidor, tal como lo señala el fallo de la Corte Suprema por las cláusulas abusivas en los reglamentos de operación de tarjetas de crédito emitidas y manejadas por CENCOSUD, por bancos y otras empresas del comercio.
Como si fuera poco, una diputada – Marta Isasi (Independiente) – reconoció haber recibido una “donación” del orden de los 25 millones de pesos según CiperChile de parte de la empresa Corpesca antes de que se iniciara la tramitación de la Ley de Pesca, proyecto que fue respaldado por la diputada.
Cualquiera de estos hechos y con mayor razón todos ellos en un mismo lapso de tiempo, deberían haber creado un clima de inquietud en medios de comunicación, autoridades políticas y de gobierno y entre los candidatos a la presidencia. Nada de ello ha ocurrido. Fue una noticia que ya está olvidada por los medios y clase política.
Estos y muchos otros hechos ponen de manifiesto el grave problema que afecta a nuestra sociedad. La falta de Ética, entendiéndola como “los actos que el ser humano realiza de modo consciente y libre (es decir, aquellos actos sobre los que ejerce de algún modo un control racional). No se limita sólo a ver cómo se realizan esos actos, sino que busca emitir un juicio sobre estos, que permite determinar si un acto ha sido éticamente bueno o éticamente malo”.
Un autor define la ética como el arte de vivir, el saber vivir, por lo tanto el arte de discernir lo que nos conviene, lo bueno, y lo que no nos conviene, lo malo (1). En tanto el Diccionario Manual de la Lengua Española señala que ética es la parte de la filosofía que estudia el bien y el mal relacionado con el comportamiento humano y con la moral o que es el conjunto de normas y costumbres que regulan las relaciones humanas de un colectivo.
Cualquiera que sea la definición que se escoja, lo real es que las conductas de los actores activos de nuestra sociedad no salen bien parados al someterlas a su enjuiciamiento. Y los habitantes de nuestro país, sin ser especialistas en temas éticos, así lo presienten. La desconfianza en las instituciones, en los cargos, en las dignidades va en aumento, con lo que se pone en grave riego la base fundamental de nuestra organización social.
Por ello, todos los esfuerzos que se hagan por tener presente la necesidad de un actuar honesto en cada una de las actividades sociales, valen la pena en aras de salvar no solo la convivencia sino que la propia base de nuestra estructura como país.
Sin pretensión de ninguna clase, solo queremos llamar la atención sobre este punto, tan olvidado por gobernantes, medios de comunicación, políticos, profesionales, etc. a fin de que especialmente en un año electoral, podamos rescatar lo mejor de nuestro pueblo y desterrar las metas mezquinas que nacen de mentes e intereses personalistas y minoritarios.
Tribunal Nacional de Ética y Disciplina (TRINED)
Colegio de Periodistas de Chile
Santiago, Chile 16 de Mayo de 2013
(1). Fernando Fernández-Savater Martin, en su libro Ética para Amador. (San Sebastián, 21 de junio de 1947). Filosofo, activista y escritor español. Novelista y autor dramático, destaca en el campo del ensayo y el artículo periodístico. En 2008 fue galardonado con el Premio Planeta por su novela La hermandad de la buena suerte. En 2012 se le otorgó el Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo. Wikipedia