Forjar un mundo distinto y libre del egoísmo capitalista implica la construcción de una ética sedimentada en la razón y de una subjetividad enraizada en la capacidad de vivir las virtudes como hábitos, manifestó hoy Frei Betto.
El reconocido intelectual y teólogo brasileño se dirigió a participantes en la III Conferencia Internacional Por el Equilibrio del Mundo, para abordar la necesidad de articular una ética que permita superar las desigualdades y conflictos del planeta.
Betto alertó sobre la existencia de amenazas que atentan con el logro de un mundo equilibrado, como las armas de destrucción masiva, la preponderancia del interés por el capital a nivel internacional y la existencia de medios de comunicación que no intentan formar a ciudadanos informados sino generar consumidores.
Frente a esto, en el momento actual también se advierten coyunturas esperanzadoras como la existencia en América Latina de gobiernos que se deben a sus pueblos, señaló el merecedor del Premio Internacional José Martí de la UNESCO, entregado ayer durante la inauguración de la Conferencia.
Los pueblos de nuestro continente, manifestó, sufridos durante las dictaduras militares en la últimas décadas del siglo pasado y decepcionados por los gobiernos neoliberales, ahora eligen dirigentes que gobiernan a favor de las mayorías, defienden la soberanía y niegan a potencias extranjeras dictar reglas a la región.
En esta convergencia de aspectos promisorios y nefastos, el teólogo llamó a hacer consciente que el mundo capitalista se ha tornado imposible, por lo cual es necesario buscar otros mundos posibles en los que se erradiquen los arsenales nucleares y se preserve la especie humana.
Asimismo, exhortó a aprender de los pueblos originarios en aspectos como su relación con la naturaleza y su sentido comunitario para repartir bienes y riquezas.
Destacó el ejemplo que significa la Revolución Cubana, la cual guiada por el pensamiento de José Martí, consideró, supo preservar su originalidad sin que la invadieran conceptos que tuvieron nefastas consecuencias en otros lugares del mundo.
La Revolución, apuntó, dijo basta a la expansión del imperialismo, despertó la conciencia crítica de nuestra gente, fomentó movimientos de liberación y dio prueba de que la utopía puede hacerse realidad y que la esperanza nunca es vana.
Betto se refirió además a la tradición de lucha libertaria en el continente, en la cual han tenido parte hombres, mujeres y también los grupos indígenas, como otro de los elementos positivos sobre los que sedimentar el equilibrio del mundo
Santiago de Chile 29 de enero 2013
Fuente Prensa Latina
Crónica Digital