Asunción. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, iniciará hoy reuniones con los distintos sectores políticos paraguayos durante una visita que transcurre entre el escepticismo y la desconfianza.
A pesar del aislamiento generalizado que sufre el Gobierno de Federico Franco, por la expedita destitución del presidente constitucional, Fernando Lugo, Insulza prefirió llegar a Asunción para interiorizarse de la situación existente en el país.
Los críticos de su visita se extrañan de que los acuerdos adoptados por el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), bloques que suspendieron a Paraguay hasta el retorno a la institucionalidad democrática, no fueron suficientes para Insulza.
Tampoco lo fue el claro mensaje del casi interminable desfile de embajadores hacia el aeropuerto para regresar a sus respectivos países en una acción de desconocimiento del Ejecutivo que asumía el poder tras el desalojo de Lugo y que solo ha logrado la bienvenida de tres gobiernos, ninguno de ellos latinoamericano o caribeño.
Entrevistas iniciales con Francos y su canciller, José Fernández, y posteriores encuentros con Lugo, el Congreso autor de la destitución, los jefes de los partidos políticos y la jerarquía católica alineada desde el primer momento en el reclamo a la renuncia del presidente electo, son aspectos principales de su agenda.
El sector del actual Ejecutivo no oculta su entusiasmo por la estancia de Insulza en esta capital, preparó un acto de bienvenida y mostró su seguridad de que emitirá criterios benévolos hacia lo ocurrido el pasado 23 de junio en el hemiciclo del Congreso.
Curiosamente, Washington se negó a tomar posición alguna ante los hechos hasta que se pronuncie el secretario general de la OEA tras culminar su periplo paraguayo que finalizará mañana.
En este contexto, Insulza deberá medir el nivel de sus elogios y sus críticas en momentos que es visible un incremento de movilizaciones populares contra el ya bautizado como golpe de Estado parlamentario y los mayores intereses económicos del país festejan la salida de Lugo del poder.
Santiago de Chile 2 de julio 2012
Fuente Prensa Latina
Crónica Digital