Un equipo de científicos encontró una de las claves por la cual envejecemos, lo que en el futuro podría ayudar a desarrollar medicamentos para combatir los achaques relacionados con la edad.
A partir de la comparación del ADN de personas centenarias con el de bebés recién nacidos, científicos españoles encontraron las claves involucradas en el proceso de envejecimiento.
Los expertos se centraron en las marcas epigenéticas, aquellas no relacionadas con la herencia, pero que regulan las funciones de los genes al apagarlos y encenderlos.
Publicado en la revista Procedings of the National Academy of Science (PNAS), el estudio fue liderado por Manuel Esteller, director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica Bellvitge en Barcelona y profesor de genética de la Universidad de Barcelona.
Durante la investigación, los expertos hallaron que las marcas epigenéticas, “planos de construcción” contenidos en el ADN, se deterioran con los años.
También los epigenomas de una persona varían en dependencia de su edad, incluso en el mismo tejido u órgano.
De acuerdo con los científicos, una de las formas de apagar un gen es agregar compuestos químicos llamados grupos metilo a secciones específicas del ADN.
La comparación realizada por los expertos evidencia que los jóvenes presentan un mejor control de sus genes que los ancianos centenarios.
Mientras que un bebé nonato presenta grupos de metilo que apagan genes en más de un 80 por ciento de los sitios posibles, una persona de 100 años los tiene en el 73 por ciento de esas secciones.
Pruebas posteriores con un adulto de 26 años evidencian que la mutilación se encuentra en el 78 por ciento de los sitios en el ADN.
Este estudio evidencia que al final de la vida, las personas pierden el control de sus apagadores genéticos y la expresión de los genes no es la apropiada.
Los científicos piensan que con un buen estilo de vida es posible cambiar nuestro epigenoma.
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Washington, 16 junio 2012
Prensa Latina