Damasco. Ni tranquila ni tan violenta definen hoy la situación en Siria periodistas internacionales que siguen aquí la crisis que enfrenta a bandas armadas con las fuerzas del Ejército Nacional.
Criterios dispares se vierten por corresponsales y enviados especiales de medios de prensa, cuando se habla de los acontecimientos que tienen lugar en este país del Levante.
Unos opinan que las autoridades responden a demandas populares de replicar con fuerza a las acciones de los grupos, que por su proceder vandálico, son calificados de terroristas, lo que acrecienta el clima de violencia.
No son pocos los que creen que en las últimas semanas, pese a la presencia de los observadores de la ONU desplegados en el país, los enfrentamientos aumentaron, aunque coinciden en que en sus acciones las autoridades aún no emplean todos los medios a su disposición.
Otros plantean que se está fomentando el enfrentamiento sectario y religioso, y no se aprecia la cierta armonía existente durante años entre los grupos religiosos que conforman la base de la sociedad siria, fundamentalmente sunitas, chiítas y alawitas.
Para todos es difícil alcanzar una aproximación al problema interno en Siria, donde citan testimonios que dan luz a la presencia de mercenarios extranjeros en el país, unos impulsados por presuntas posiciones religiosas, y otros asalariados de las monarquías del Golfo Pérsico.
Un criterio mayoritario indica que ahora hay más hechos de violencia, cierta intranquilidad entre los profesionales, algunos como un boliviano que retornó recientemente a Damasco, dijo que fue controlado durante una salida nocturna y según el presupone, no era la seguridad del gobierno.
Otros como un periodista freelance español se empeña en acompañar a los observadores de la ONU y es testigo sobre como estos ante advertencias de las autoridades dieron la espalda y no entraron a sitios o poblaciones donde se reporta la presencia de grupos armados.
Historias hay muchas, incluso de algunos que han llegado hasta las bandas armadas y han sido objeto de presiones y expresan temor, como un periodista occidental afincado en Turquía que se apartó del libreto y fue amenazado, y por lo que contó tuvo que cambiar su versión.
También está uno que encontró total tranquilidad en su recorrido cerca de Homs rumbo a Latakia, en la costa mediterránea, donde pese a la presunta guerra, piensa vacacionar en un ambiente de tranquilidad con su familia, a la que anunció traerá de España.
Presunta guerra, se afirman otros al describir la situación. No hay frente de combate, solo acciones esporádicas en las cuales el enemigo no se ve, es poco el enfrentamiento directo entre fuerzas del gobierno y grupos armados, llámese Ejercito Libre Sirio o cualquier otra denominación aupada por voceros en Londres, Turquía u otros lugares.
Las historias abundan y todos coinciden en que Siria vive momentos definidos ambiguamente como ni tan tranquilos ni tan violentos.
Por Luis Beaton Prensa Latina
Santiago de Chile 12 de junio 2012
Crónica Digital