El 11 de septiembre de 1973 fue el inicio del período más oscuro de nuestra historia. El Golpe de Estado fue responsabilidad de quienes lo ejecutaron y de quienes conspiraron para derribar al gobierno constitucional del Presidente Allende. Culparlo a él o a los partidarios de la Unidad Popular contradice toda la evidencia histórica que hay al respecto.
Más aún, el gobierno de la Unidad Popular se mantuvo siempre dentro de la legalidad vigente y el propio Presidente estuvo siempre disponible para el diálogo con la oposición de entonces con el objeto de evitar que la situación política de ese entonces derivara en un derramamiento de sangre.
El gobierno del Presidente Allende representó la esperanza de mucha gente en Chile que quería una sociedad mejor. Hoy en día el legado del Presidente se recuerda en muchas partes y se mantiene vigente en las batallas contra la injusticia. Es emocionante ver como su memoria y sus planteamientos son recogidos por los estudiantes y muchos luchadores sociales y como en el pueblo chileno se mantiene intacto el cariño por su figura. Una muestra de ello es que lo eligieron en el año 2008 como el chileno más importante de la historia.
Tengo respeto por la obra del ex Presidente Aylwin, que durante su mandato trabajó por la reconciliación nacional y establecer la verdad de lo que pasó, pues entre otras cosas tuvo la entereza de conformar la Comisión Rettig que mostró a los chilenos y al mundo el grado de horror con que gobernó la dictadura. Pero debo recordar que durante el gobierno del Presidente Aylwin, estos intentos tuvieron la oposición de Pinochet y muchos de sus partidarios que hicieron ejercicios de enlace y otras maniobras para entorpecer el avance de la verdad y la justicia.
Isabel Allende Bussi
Senadora por Atacama.
Santiago de Chile 28 de mayo 2012
Crónica Digital