Los problemas de deuda revelados a fines de 2009 desencadenaron lo que algunos analistas consideran la peor crisis desde la adopción de la moneda única hace más de una década.
Nuevamente, el componente económico resulta uno de los principales azotes para las personas, golpeadas con crecientes dificultades relacionadas con los aspectos laboral, comercial y encarecimiento de la vida, entre otros.
Persistentes daños laborales
La Eurozona, conformada por 17 países vinculados a una moneda común, cerró marzo pasado con una tasa récord de desempleo de 10,9 por ciento de la población activa, según la oficina comunitaria de estadísticas, Eurostat.
La cifra de desocupados llegó a 17,3 millones de personas, para un incremento de 193 mil respecto al mes precedente.
Otra vez España encabezó el negativo indicador, con un índice de paro de 24,1 por ciento, tras un avance de tres décimas en comparación con el resultado de febrero.
Por otra parte, los registros más bajos se dieron en Austria, Holanda, Luxemburgo y Alemania.
El desempleo juvenil sigue siendo uno de los apartados más sensibles en el panorama laboral del grupo con tasas superiores a los 50 puntos en España y Grecia.
La debilidad de ese mercado se suma a los problemas de la Eurozona, donde varias de las economías que la integran se encuentran en una situación de recesión.
Por ello, en los últimos meses, el Banco Central Europeo (BCE) concretó millonarias inyecciones de liquidez a fin de incrementar la disponibilidad de recursos que permita enfrentar la crisis de la deuda soberana.
Más allá de los problemas laborales
El elevado nivel de cesantía ha impactado fuertemente en otros sectores de la economía, generando gran preocupación en el comportamiento del Producto Interno Bruto y en la situación de las personas.
Los sectores manufacturero y de los servicios estuvieron entre los más golpeados en abril pasado, de acuerdo con la firma Markit.
El indicador manufacturero bajó un mínimo de cinco meses, lo que unido a los retrocesos de los servicios redujo las esperanzas de una salida rápida de la recesión.
Asimismo, el marcado retroceso de la actividad constructiva es otra de las consecuencias visibles del actual panorama en el llamado Viejo Continente.
Ese indicador ha registrado descensos en la Eurozona y en el conjunto de la Unión Europea, con los principales retrocesos en Alemania, Italia y Eslovenia.
Otro de los elementos de gran efecto ha sido el alza de los valores del petróleo, lo cual ha provocado hasta el alza de los precios de las fábricas.
El avance de ese indicador incrementó las posibilidades de que el BCE mantenga las tasas de interés en mínimos históricos de uno por ciento.
La oficina comunitaria de estadísticas agregó que el ascenso de los costos de la energía para las fábricas sugiere que el acrecentamiento en los precios a la producción industrial en general podría trasladarse a los consumidores.
Pese al alto desempleo y la contracción económica en varios países del grupo, los valores del crudo dificultan la disminución de los importes.
Especialistas opinaron que los crecientes valores de la energía podrían llevar la inflación este año por encima de la meta del dos por ciento establecida por el llamado guardián del euro.
Pronósticos poco alentadores
La economía de la Eurozona se contrajo 0,2 por ciento en el primer trimestre del año y se estancará en el segundo por la crisis de deuda, calculó el instituto alemán de investigación, Ifo.
La entidad añadió que los problemas presupuestarios y las dificultades del mercado laboral perjudicarán el consumo privado.
Asimismo pronosticó más aumentos de los precios del petróleo y debilidad en la inversión.
Sobre el tema, analistas opinaron que el riesgo de que la inflación no baje por los altos importes del crudo acrecienta la preocupación del BCE, encargado de garantizar la estabilidad de los precios.
Además exacerba los temores sobre el impacto inflacionario a largo plazo de las masivas inyecciones de liquidez provistas a los bancos por el BCE.
Asociado a ello, el grupo de investigación Sentix reveló que la incertidumbre existente arrastró la confianza de los inversionistas en mayo a su menor nivel desde 2009.
Sentix alertó que la caída del mes pasado fue la primera señal de advertencia y remarcó que una segunda baja consecutiva, como la de mayo, resulta más preocupante.
Un subíndice sobre expectativas de la Eurozona y otro que mide las de Alemania, la llamada locomotora europea, también se comportaron a la baja.
El grupo explicó que aunque los indicadores económicos alemanes siguen fuertes, las expectativas para los seis próximos meses recibieron el impacto del conjunto de la zona.
Voces desde afuera
Tantas voces no pueden estar equivocadas. El propio Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió recientemente sobre el peligro que representa la crisis de deuda de la Eurozona para la economía del grupo y los mercados financieros del orbe.
En su informe sobre la estabilidad financiera en el mundo, el organismo afirmó que los planes de saneamiento emprendidos por las entidades bancarias pueden llevar a Europa al colapso del crédito y a una caída del crecimiento.
Pronosticó que de no aplicarse las políticas de coordinación y supervisión necesarias para calmar la volatilidad, el Producto Interno Bruto de la zona caerá hasta el 1,4 por ciento en 2012 y 2013.
Asimismo, el FMI recordó que persisten las presiones sobre los bancos en un entorno marcado por el débil crecimiento económico, los elevados requisitos para la refinanciación y la necesidad de fortalecer el colchón de capital que permita recuperar la confianza de los inversores.
Por ello, insistió en la importancia de fortalecer la coordinación y establecer una ruta a fin de completar un marco de estabilidad financiero paneuropeo.
Masiel Fernández Bolaños Prensa Latina
Crónica Digital
Santiago de Chile 12 de mayo 2012