La asunción de Fernández ingresa en la historia nacional como el tercer hecho de relevancia política vinculado a la presidencia y a la figura femenina.
Argentina es el primer país en el continente que tuvo una jefe de Estado hace 33 años, con María Estela Martínez (Isabelita), tres candidatas se presentaron en los comicios generales de 2007 y una primera dama ganó en las urnas y este lunes asume como mandataria.
Isabelita fue la primera mujer al mando de un país latinoamericano, tras reemplazar a su marido Juan Domingo Perón el mismo día que falleció, el 1 de julio de 1974.
Para marzo de 1976 un golpe de Estado, orquestado por líderes militares, puso fin a su mandato y dio origen al autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.
Después de sancionarse en 1991 la ley de cupo femenino en el país, se percibió un incremento de la participación de las mujeres en la política.
En junio pasado, la farmacéutica Fabiana Ríos se erigió en gobernadora de la austral provincia de Tierra del Fuego.
Bajo ese favorable escenario, el 19 de julio último Fernández anunció ser candidata del gubernamental Frente para la Victoria, la socialcristiana Elisa Carrió ingresó en representación de la Coalición Cívica y Vilma Ripoll apareció por el Movimiento Socialista de los Trabajadores.
Casi todos los sondeos previos a la votación general ubicaron a la primera dama como la favorita y le siguió Carrió. La enfermera Ripoll apenas asomó en las encuestas.
Los vaticinios se cumplieron: la primera se consagró en las urnas como presidenta en primera vuelta, con cerca del 45 por ciento de los votos, y la segunda la escoltó (alrededor del 23).
Analistas aseguran que Fernández se sentará en el sillón de Rivadavia por la aplaudida gestión económica de su esposo y el capital político que hereda.
Para algunos, su administración será la prolongación del gobierno saliente o su versión mejorada.
Esto quedó confirmado, según las fuentes, cuando un mes después de ganar la presidencia designó en su gabinete a siete de los 11 ministros que trabajaron con su cónyuge.
Lo singular es que Cristina, como la llaman todos los argentinos, alcanzó algo nuevo: que tras una elección general se reemplace al presidente por su esposa. Esto, de acuerdo con comentaristas, se interpreta como un “cambio de roles”.
Más aún cuando en un 80 por ciento de los mandatarios en el continente pertenece a un partido distinto al de su predecesor.
Un reciente estudio reveló que la sucesión en el poder entre esposos no está contemplada en las constituciones que rigen en Brasil, Bolivia, Costa Rica, Panamá, Paraguay, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras.
Estos últimos cuatro países, más Colombia, hacen extensiva esa limitación a los cargos del Poder Legislativo y no admiten parentescos de ningún tipo entre presidentes, gobernadores, jefes militares ni legisladores.
Además de Argentina, los únicos países de la región cuyas Cartas Magnas no poseen cláusulas de inhabilidad por parentesco son Uruguay, Chile, México y Perú.
Para el biógrafo José Angel Di Mauro, la abogada de profesión fue la mujer quien a partir de su cargo legislativo trascendió más rápidamente a nivel nacional, mientras Kirchner era apenas el gobernador de una provincia lejana y despoblada.
“Cristina se forjó una imagen de combatividad e inflexibilidad que no modificaría incluso como presidenta”, sentenció.
Fuentes oficiales confirmaron que este lunes estarán presentes en la asunción de Fernández nueve jefes de Estado, tres vicepresidentes, dos primeros ministros, dos cancilleres, cinco ministros o secretarios y una primera dama.
Buenos Aires, 10 de diciembre 2007
Prensa Latina , 0, 64, 11