La medida, que tomó por sorpresa a los funcionarios del organismo fiscalizador, busca iniciar un profundo proceso de cambio al interior del organismo estatal que mantiene, desde el período de la Dictadura, en sus cargos a muchos de sus jefes de primera línea.
La decisión, fue comunicada ayer a los afectados y constituye un golpe de timón de Ramiro Mendoza. En estos ocho meses en el ejercicio del cargo, el contralor evaluó el funcionamiento del organismo y el trabajo de cada una de las jefaturas.
La idea de Mendoza es tener libertad de acción para solicitar renuncias, redestinaciones o confirmación en los cargos de las máximas autoridades del organismo fiscalizador del Estado.
Santiango de chile, 28 de noviembre de 2007.
Crónica Digital / Agencias
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