Convencido de que si la directiva DC juega con fuego debe tener claro que eso puede terminar incendiando la Concertación, el senador Alejandro Navarro reiteró su convencimiento de que la forma de enfrentar y resolver diferencias y discrepancias legítimas al interior de la Concertación no es mandando de manera autoritaria y simplista a los disidentes a Siberia, sino debatiendo sin temores y explicitando los distintos puntos de vista, que era lo que originalmente representaba y le daba sentido histórico a la Concertación.
El legislador señaló que la directiva DC debe ser capaz de asumir los costos que no sólo en su partido sino en todo el conglomerado pueden originar estas decisiones y si por esto se fisura la Concertación, debe asumir también los costos. En todo caso, este no es un fenómeno propio de la DC, sino que se han ido haciendo visibles, paradojalmente, cuando por primera vez tenemos mayoría en el Senado. Pareciera que la Concertación tiene miedo a ser mayoría. Tiene el complejo de Peter Pan: se niega a crecer y por eso al final, siempre termina prefiriendo pactar con la derecha.
En todo caso -agregó- aquí se produce una situación contradictoria, porque mientras se es ángel cuando se hacen acuerdos con la derecha y se toman las manos y por otro se es demonio cuando se vota con la derecha. Eso no cuadra con la política que Viera-Gallo ha implementado desde La Moneda que ha sido la de privilegiar el diálogo y el acuerdo con la derecha, antes que conversar con los parlamentarios de la Concertación, para después sólo exigir lealtades ciegas, obsecuentes y acríticas, o para amenazar con las penas del infierno a los que son capaces de expresar opinión propia.
Navarro indicó que esta política que implementa o se representa en Viera-Gallo esa es una política del tipo pirómano-bombero, porque primero en silencio se tensa la situación, se provoca el incendio y luego se aparece apagando el fuego y echándole la culpa a otros de las llamas. Al mismo tiempo, con este tipo de situaciones se genera una profecía auto cumplida que busca exculpar cualquier responsabilidad ante un eventual futuro fracaso o quiebre de la Concertación, porque si ello ocurre dirán, que todo esto se produjo por culpa de otros, especialmente díscolos y desleales y no asumirán ninguna responsabilidad por sus actos, quizás pensando en tener su espacio en un eventual gobierno de la derecha por los favores concedidos.
Si expulsan a Zaldívar de la Concertación -añadió- además de producirse una herida, puede terminar animando a otros pirómanos convencidos de gobernar con la derecha. Además, con este precedente autoritario propio de la Guerra Fría que al parecer algunos ya olvidaron los verdugos de Zaldívar deben tener su capucha reservada en el PS, especialmente para cuando se voten temas de principios como el del acuerdo en educación, a sabiendas de las críticas legítimas y respaldadas por las bases que hemos explicitado.
El parlamentario dijo que lo curioso es que se mantenga este doble estándar de tener una mano dura e implacable con quienes tenemos respaldo ciudadano, que hemos sido elegidos por la gente y que aunque militemos en un partido también debemos lealtad y respeto a nuestros electores, pero con aquellos funcionarios designados que han tenido algún grado de participación o involucramiento en actos ilícitos, irregularidades o, peor aún, corrupción la mano es blanda y excesivamente tolerante. Es decir la dureza en lo político y la tolerancia infinita en los hechos de corrupción. Rechazo que haya purgas por como votas o como piensas, pero las comparto cuando hay corrupción
La Concertación debe reflexionar -prosiguió- porque si ha llegado a este punto no ha sido por culpa de los colorines ni de los díscolos. Creer eso sería absolutamente miope. Así por ejemplo, no se explica tanta atención y diálogo con la derecha y la nula intención de hablar con Flores o Zaldívar. La coalición no debe hacerse autogoles, porque la ciudadanía no votó por Bachelet para co-gobernar con la oposición. Habrá que esperar el 2009 para saber los resultados de estas tesis, porque si hay derrota los coletazos van a ser variados.
Finalmente Navarro indicó que si con esta decisión la DC quiere enviar una señal al interior de la Concertación, lo que están propiciando es una operación sin alcances claros. Así, al final, nosotros podemos perder el gobierno no porque nos gane la derecha sino por los autogoles. Estas peligrosas purgas internas con partidos distanciados de la ciudadanía, son un síntoma claro de la crisis de la Concertación. Pese a ello, esperamos que esto sea pasajero, y que aún seamos capaces de debatir internamente para fortalecernos y enfrentar a la derecha.
Santiago de Chile, 27 de noviembre 2007
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