Para representantes sociales chilenos como Juan Andrés Lagos, este evento será un rico y diverso ámbito para el intercambio y el debate en momentos en que las fuerzas populares avanzan y “el imperialismo norteamericano intenta frenar esos procesos”.
La cita, que se realizará del 8 al 10 de este mes, funcionará paralelo a la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, en la que representantes de 22 países centrarán sus debates en el tema de la cohesión social.
El encuentro de los pueblos, que reúne a organizaciones políticas, sociales, sindicales y culturales del área, es expresión de un proceso que por primera vez se realiza en Chile, ya que incluirá a gobiernos y presidentes que respaldan iniciativas de progreso.
Chile da los últimos toques para el recibimiento de representantes gubernamentales de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Argentina y Brasil, todos imbuidos del espíritu integracionista, como lo soñaron Simón Bolívar y José Martí, aseguraron los organizadores.
En el céntrico Paseo Ahumada de Santiago, un trabajador del cobre dijo a Prensa Latina que junto a los líderes de esos pueblos hermanos, estará el pensamiento visionario del presidente Salvador Allende.
Muchos recuerdan aquí que en un mensaje al Congreso chileno el 21 de mayo de 1973, el líder socialista destacó la importancia de los progresos que pudieran obtenerse en términos de integración latinoamericana.
En el mensaje acotaba: “Buscamos que la paz y la colaboración se extiendan a los pueblos de América Latina, Asia y Africa”.
Los anhelos de Allende y otros próceres latinoamericanos están plasmados hoy en iniciativas como la Alternativa Bolivariana para Las Américas (ALBA), proyecto integral que busca la transformación de las sociedades de la región.
El mecanismo tiene como objetivo la eliminación de las desigualdades sociales y el fomento de la calidad de vida y la participación efectiva de los pueblos en la conformación de sus propios destinos.
Nicaragua, Bolivia, Venezuela y Cuba son socios plenos del ALBA y varios países suscribieron convenios de participación en ese proyecto, entre ellas 14 naciones caribeñas, según fuentes oficiales.
Como ejemplo de los resultados del ALBA figuran, entre otros, el servicio que prestan en 70 países más de 30 mil médicos cubanos y los cerca de 700 mil pacientes de 28 naciones de América Latina que recibieron atención médica gratuita.
También unos 30 mil jóvenes de países del Tercer Mundo estudian gratuitamente en universidades cubanas, entre ellas la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas.
Según dijo a la agencia de noticias Prensa Latina el diputado venezolano Vidal Cisneros, ese país sudamericano ofrece, entre otros programas, su aporte a Latinoamérica en importantes campos como el energético y en la Operación Milagro, mediante la cual recobraron la visión miles de personas.
Esos avances integracionistas cobran importancia cuando, según un documento oficial de la XVII Cumbre Iberoamericana, en las sociedades contemporáneas se experimentan tendencias a una pérdida de la cohesión social.
Tal situación se explica por el hecho de que los mecanismos tradicionales de integración pierden eficacia y capacidad de romper “la transmisión intergeneracional de la desigualdad”.
Precisamente, los participantes en la cumbre popular, que representan a los marginados y excluidos, se opondrán al modelo neoliberal, sostenido por Estados Unidos, que condena a la pobreza en la región a 209 millones de personas, y a la indigencia a 81 millones.
El autor es corresponsal de Prensa Latina en Chile.
Santiago de Chile, 6 de noviermbre 2007
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