Buscar soluciones es un compromiso contraído por los gobiernos de la Concertación desde hace una década, tras el cierre de Enacar, dice un comunicado de prensa del PC tras conocerse en la víspera la nueva tragedia que enluta a la empobrecida zona donde murieron dos mineros y quedaron otros tres gravemente heridos en el pirquén Loma Baka.
La insensible ministra de Minería Karen Poniachek no encontró mejor respuesta que afirmar: Sernageomin había cerrado los caminos de acceso hacia el pirquén una y otra vez. Lo que hay que investigar es por dónde ingresaban a las faenas.
Para los comunistas, la burocrática autoridad condena de antemano a los habitantes de Curanilahue al desempleo y al hambre en lugar de ofrecer alternativas para un trabajo seguro. Una vez más, se busca la represión en lugar de dar facilidades para superar la pobreza y el desempleo.
El propio alcalde de Curanilahue, Ahimalac Benítez respondió a la secretaria de Estado que no se trata de condenar a los mineros por tratar de sobrevivir junto a sus familias gracias a estas actividades ilegales, sino estudiar cómo se solucionan sus problemas. Nada de esto parece inquietar a la ministra.
Ante la tremenda falta de oportunidades laborales mucha gente de la zona debe arriesgarse a trabajar en la minería del carbón, pese a su peligrosidad.
El Partido Comunista denunció que, según cifras oficiales, la cesantía llega al 15% y la pobreza al 30.9% en Curanilahue, lo que obliga a los jefes de hogar a trabajar en la actividad más habitual de la región, pese a los bajos precios que se pagan por la tonelada y los riesgos mortales que se corren en los pirquenes.
Santiago de Chile, 25 de septiembre 2007
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