Expondremos la naturaleza y el alcance de estas iniciativas. Monseñor Goic ha propuesto un salario mínimo ético de $ 250.000 mensuales, distinto del salario mínimo legal que es de $ 144.000.
Este salario legal, sobrepasado generalmente por los salarios reales, es insuficiente para cubrir las necesidades vitales básicas de una familia media de 5 personas. En cambio, con el salario propuesto, la familia estaría por sobre la línea de la pobreza. Por esto, Monseñor Goic le dio el nombre sugerente de salario ético. Es decir, se trataría de un salario, ya no impuesto por ley sino por la conciencia. Tampoco se pretende obligar a todos los empresarios a entregar un salario vital familiar, sino tan solo a aquellos que puedan cubrir el monto propuesto.
El término ético ha sido discutido y tal vez sea efectivamente discutible, pero ha tenido la virtud de plantear el tema de lo ético en el campo económico, que tiende a excluir una dimensión que debería incluir, a saber la ética o humanista.
La economía es una ciencia respetable. En el mercado de los productos ha mostrado el juego de la oferta y la demanda para fijar el precio de los productos. Pero está también el mercado del trabajo en que se ofrece y se demanda el trabajo humano. Para fijar su precio, es decir el salario, el economista quiere aplicar las mismas leyes, el libre juego de la oferta y la demanda. Pero ha habido voces de protesta: El trabajo humano no es una mercancía, son las voces de los trabajadores y los humanistas de todos los colores
El humanismo marxista ha denunciado la explotación del capitalismo salvaje. Y ha hablado de la plusvalía del trabajo obrero.
Los cristianos, por boca de Pío XI en la encíclica Quadragesimo anno, han formulado las exigencias morales del justo salario individual y familiar.
El humanismo de los derechos humanos está condicionando con sus exigencias de libertad, igualdad y fraternidad las mismas relaciones económicas en el proceso de globalización. Frente a todo esto, la misma economía ha desarrollado su propia ética del bien común.
De todas maneras es positivo y significativo que el Gobierno llamara a políticos, economistas y humanistas de calidad a constituir una Comisión asesora por la Equidad para construir juntos, en un Acuerdo Nacional de empresarios y trabajadores las bases de un nuevo desarrollo económico-social. Es de esperar que la CUT se integre a ella. El sindicalismo debe orientarse hacia el futuro y participar en la construcción de nuevas relaciones de trabajo.
La tarea de la Comisión , concretizada en 16 encargos que le hizo la Presidenta , no será fácil. Pero por varias razones hemos de tener esperanza.
Es valioso y promisorio que puedan agruparse personajes de distintas tendencias con un propósito común y transversal: derrotar la pobreza e inequidad en Chile. Todos sabemos que sin una base de equidad no será posible ni el desarrollo ni la justicia social.
Lo que divide son las posiciones ideológicas y fundamentalistas como un neoliberalismo cerrado o el antiliberalismo. A propósito, nos alegramos que la Iglesia haya esta vez dejado de lado ciertos temas valóricos que nos dividen para retomar la causa tan suya de los pobres y excluidos.
Varios de los 16 temas pedirán definiciones jurídicas. Pero otras apelarán no a la política legislativa sino a la sociedad civil. Ha sido por lo demás una aspiración de este Gobierno.
La Presidenta ha dicho que para sentirse obligado no siempre es necesario que exista una ley.
Es bueno para el bien común que nos esforcemos por poner la opinión pública y la misma cultura popular al servicio de nuestras metas e ideales de equidad, justicia y humanismo.
Santiago de Chiole, 20 de septiembre 2007
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