Con una agenda renovada para el presente y esperanzados en el futuro, representantes de esta corriente teológica participaron activamente de la cumbre de obispos de América latina y el Caribe que culmina hoy.
Durante semanas los representantes de esta corriente han estado en permanente diálogo con las autoridades de la Iglesia, insistiendo que debe ser uno de los ejes centrales la opción por los pobres como un signo profético para la misión y el discipulado en el Continente.
A su vez, el Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, Salesiano y Arzobispo de Tegucigalpa, uno de los prelados latinoamericanos con mayor prestigio en la Iglesia, confirmó las buenas relaciones entre la jerarquía y estos teólogos progresistas.
“No existe una oposición ni un antagonismo; de ninguna manera”, dijo Rodríguez Maradiaga, y agregó en tono acogedor: “Ellos han tenido en todo momento una gran apertura, y nosotros también, y puedo decir que nos mantenemos en contacto”.
Notable fue el mensaje que transmitieron los obispos brasileños desde el principio; que la prioridad de Aparecida era reafirmar la opción por los pobres, frase clave de la teología de la liberación. Así lo señaló Monseñor Joércio Pereira, obispo auxiliar de Coari cuando dijo más compromiso con la opción por los pobres, que es la opción de Jesús.
Por su parte, Dom Sérgio Castriani, obispo de Tefé, con realizó su aporte con la frase reafirmar la opción por los pobres, el Pueblo de Dios, el papel de los laicos y las comunidades de base. Y, Dom Roque Paloschi, obispo de Roraima, tengo grandes esperanzas, y la más importante es la opción por los pobres. La teología de la liberación sigue viva.
Dom Waldemar De Araújo, obispo de São João del Rey, también insistía en que la teología de la liberación continúa y continuará, porque es el Evangelio. Jesucristo trajo la liberación para todos, es lo que se ve en todo el Evangelio.
Hemos de destacar también que no sólo son los obispos brasileños los que dicen que la teología de la liberación sigue viva, sino también importantes personajes del Vaticano están suavizando su oposición.
El Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, declaró en la conservadora revista italiana 30 Giorni, en la víspera del viaje del Papa, que una cierta teología de la liberación, no contaminada por doctrinas que son extrañas y opuestas a la fe cristiana, como las doctrinas marxistas, pertenece a la Iglesia de pleno derecho.
En esta misma línea también opinó el Cardenal Giovanni Batista Re y el P. Federico Lombardi, jesuita y nuevo portavoz de la Santa Sede.
Si Roma está abandonando la confrontación y las desconfianzas, también lo están haciendo los prelados latinoamericanos. Monseñor Luciano Valentini, obispo de Jales (Brasil), declaró: Estamos cansados de tensiones. No queremos continuar con estos conflictos. Queremos dejar atrás esta situación en la que hemos estado tanto tiempo, siempre despertando las sospechas de Roma.
Esta opinión decisiva y aclaratoria es hoy ampliamente compartida por la mayoría de los obispos de Latinoamérica.
En síntesis, la V Conferencia de Aparecida pasará a la historia, aparte de lo que dirá en su Documento final, como la Asamblea que sí tuvo un diálogo fraterno y respetuoso.
Todos pudimos entregar nuestras opiniones, sugerencias y hasta cartas al Papa Benedicto, como fue el notable caso de varias asociaciones de laicos chilenos con su carta al Papa y a los obispos latinoamericanos y del Caribe” el 29 de abril pasado.
Esto nos hace mirar con esperanza el futuro y, como cristianos comprometidos con una sociedad más justa y buena para todos, nos vienen a la memoria las proféticas palabras del venerable Papa Juan XXII cuando al inicio del Concilio Vaticano II señaló: La Iglesia es de todos, pero particularmente es la Iglesia de los pobres.
Por Jaime Escobar M. El autor es editor de Iglesia en Crónica Digital y de la Revista Reflexión y Liberación.
Santiago de Chile, 30 de mayo 2007
Crónica Digital
, 0, 629, 19