Tras asumir el 15 de enero pasado la jefatura del Estado, Correa concentró sus esfuerzos en cumplir con sus promesas de campaña electoral, lo cual propició que su aceptación creciera y cuente con el 76 por ciento de popularidad.
Un último sondeo de la empresa Cedatos revela que el dignatario tiene un 74 por ciento de credibilidad, lo cual constituye todo un record en este país, afectado por una creciente inestabilidad en los últimos 10 años.
Entre los principales logros de estos primeros 100 días figura el rotundo triunfo del “si”, a favor de la Asamblea Constituyente, en el referendo que amplificó el respaldo de la ciudadanía a la propuesta de reformar el país.
A este logro se suman los incrementos de los bonos de Desarrollo Humano y de la Vivienda y la entrega de millonarios recursos para impulsar la productividad, reparar vías, escuelas y mejorar los servicios de salud.
El dignatario defendió la víspera la ejecución de decretos emergentes, que permiten utilizar fondos bloqueados del ahorro y contingencia, y facilitan procedimientos de contratación.
Se entregarán -dijo- unos 240 millones de dólares para la emergencia vial en su primera fase y en educación destacó la liberación de 80 millones de dólares, los cuales se usan en la reconstrucción de escuelas, en especial de la costa.
Al referirse al área agrícola, mencionó que “la emergencia permitió traer la urea”, fertilizante que el gobierno vende ahora a mitad de precio, lo cual beneficia a los labriegos.
En salud, Correa asignó 50 millones de dólares con miras a aumentar los servicios de consulta externa en los hospitales públicos.
En apenas 100 días, Ecuador dio un giro también en su política exterior al consolidar sus vínculos con los gobiernos sudamericanos e impulsar la integración regional como vía para incentivar la cooperación y el desarrollo.
Tras criticar el modelo neoliberal, que tanta inestabilidad generó en esta nación, el presidente se comprometió a ampliar la intervención del Estado en la economía.
Se pronunció por avanzar hacia el establecimiento de un esquema socialista del siglo XXI, el cual permitá superar las falacias de que el individualismo y la competencia son el motor impulsor de la sociedad.
A estos resultados se agregan los errores de la derecha, que desde el Parlamento fracasó en sus intentos de frenar la consulta popular, lo cual profundizó la crisis en los partidos políticos tradicionales.
Para Correa, el país vive un momento mágico de su historia, en el que muchas cosas están cambiando, en medio de un escenario de optimismo que compromete más al gobierno a luchar por la reforma de las instituciones de Estado.
Quito, 25 de abril 2007
Prensa Latina , 0, 23, 11