Para Estados Unidos hay terroristas malos y terroristas buenos. Los primeros son aquellos que motivan el accionar de un extraordinario aparato bélico, para intervenir pequeños países de Medio Oriente que alojan petróleo en sus entrañas. Los últimos son aquellos que, a pesar de ser probados autores de voladuras de aviones, atentados a hoteles, y numerosos intentos de asesinatos, caminan libre y cómodamente por las soleadas calles de Miami.
En el día de ayer, la Corte Federal del Circuito de Apelaciones ubicada en Nueva Orleáns, se pronunció a favor de la libertad condicional del terrorista Luis Posada Carriles, acusado de ser el autor de numerosos atentados para sabotear el proceso de la Revolución Cubana e, incluso, de intentar asesinar al presidente Fidel Castro.
Luego de pagar una fianza de 350 mil dólares, el ex espía de la Agencia Estadounidense de Inteligencia (CIA) viajó a Miami a reunirse con su familia y, probablemente, a visitar a otro terrorista autoconfeso y viejo compañero de aventuras, Orlando Bosch, quien también vive en la Península de Florida.
Luis Posada Carriles está relacionado con algunos de los más infames acontecimientos del siglo XX en la vida política de Centroamérica”; entre estos, “la invasión de Bahía de Cochinos, el caso Irán-contras, la bomba contra el vuelo 455 de Cubana de Aviación (1976), los atentados a instalaciones turísticas de La Habana (1997) e incluso, según algunas teorías de conspiración, el asesinato del presidente John F. Kennedy”.
Esta impecable descripción del prontuario de Posada Carriles no la hizo ningún cubano indignado con la liberación del terrorista, sino la propia jueza Kathleen Cardone, quien falló a favor del criminal. Esto demuestra que Estados Unidos no tiene ninguna intención de juzgar al ex CIA por sus numerosos atentados y, al contrario, pretende encubrirlo como hace con Orlando Bosch, liberado en 1990 bajo la administración de Bush padre.
Posada Carriles permanecía detenido por haber ingresado ilegalmente al país, y aún deberá afrontar un juicio por esa causa, pero Estados Unidos no está dispuesto a juzgarlo por las probadas acusaciones que se le hacen desde Cuba. De la misma forma, Washington ha hecho oído sordo a los reiterados pedidos de extradición por parte de la isla y de Venezuela, país este último donde el terrorista estuvo preso hasta 1985, y luego se fugó.
El argumento central por el que Estados Unidos se niega a extraditar a Posada Carriles es que no encuentra garantías en Cuba y en Venezuela y teme que el terrorista pueda ser torturado, según se expidió un juez. Lo curioso de esta disposición es que en ningún momento niega la probada culpabilidad de Posada Carriles en numerosos atentados. De igual forma, es infundada la sospecha de que pueda ser torturado. En todo caso, ninguno de los dos países latinoamericanos posee centros de reclusión como Abu Grahib y Guantánamano, verdaderos agujeros oscuros del derecho internacional, donde los reclusos son retenidos ilegalmente y reciben todo tipo de vejámenes.
En este sentido, el abogado José Pertierra, defensor en Estados Unidos de la solicitud de extradición por parte de Venezuela, afirmó que la liberación es una maniobra del gobierno del presidente estadounidense, George Bush. “Si Posada Carriles no fuera el terrorista preferido de la Casa Blanca, si fuera una persona común y corriente, estaría preso y no libre en Miami,” dijo a la agencia Reuters, y agregó que “liberar a un terrorista de la talla de Posada Carriles (…) es una burla a la memoria de las víctimas”.
El prontuario del terrorista lo asemeja a aquellos personajes de las novelas de espionaje. Posee conocimientos en técnica militar, táctica de espionaje y sabotajes; realizó cursos para misiones especiales, manejo de explosivos, demolición y armas de fuego. Puso su formación a servicio de distintas agrupaciones terroristas financiadas por la CIA que atentaron contra Cuba en reiteradas ocasiones. Los propios documentos desclasificados de la inteligencia estadounidense lo ubican como una pieza clave en la lucha contrarrevolucionaria.
Junto con Orlando Bosch, fueron los autores intelectuales del atentado contra el avión de la línea Aérea Cubana de Aviación, que explotó en pleno vuelo apenas unos minutos después de haber despegado del aeropuerto de Barbados el 6 de octubre de 1976. El atentado se cobró la vida de 73 personas, igual de inocentes y víctimas que los muertos luego del choque de los dos aviones a las Torres Gemelas aquel 11 de septiembre de 2001, tan repudiado por la comunidad internacional.
Documentos desclasificados por los Archivos de Seguridad de la Universidad George Washington en 2005, demostraron la vinculación de ambos terroristas con el atentado en Barbados. Como si esto fuera poco, el propio Bosch declaró meses atrás a un diario catalán que, para él, el avión de Cubana era un blanco de guerra en el que iban coreanos del norte y guyaneses, comunistas todos (A ese tipo yo hubiera querido matarlo APM 28-08-2006)
Agregó, además, que se había acordado en Santo Domingo (cuando se formó el grupo Comando de Organizaciones Revolucionarios Organizadas, encabezado por Posada Carriles) que todo lo que salga de Cuba para darle gloria a Fidel tenía que correr el mismo riesgo que los que combatimos la tiranía., en referencia a varios deportistas cubanos, reconocidos a nivel mundial, que eran pasajeros del vuelo.
Pero el prontuario de Posada Carriles no sólo lo vincula al atentado en Barbados. Su accionar terrorista operó por toda Latinoamérica donde se vinculó directamente con la DINA (la Gestapo del dictador chileno Augusto Pinochet) y la Alianza Anticomunista Argentina, con la que coordinó un atentado a la embajada cubana en el país austral.
La liberación de Posada Carriles despertó un gran repudio en la comunidad internacional. Un llamamiento de la Red de Redes en Defensa de la Humanidad condenó la liberación del terrorista por parte del gobierno de Estados Unidos, y afirma que “Luis Posada Carriles debe ser juzgado por sus crímenes”. El documento cuenta con las firmas de del Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel, Noam Chomsky, Ariel Dorfman, la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, Gianni Vattimo, Eduardo Galeano y Mario Benedetti entre otros.
Asimismo, Nicaragua confirmó que pedirá la extradición de Luis Posada Carriles. El presidente Daniel Ortega afirmó que está haciendo gestiones para que Nicaragua, a la par de condenar el hecho, ofrezca su territorio para que Posada Carriles sea juzgado ( ) tomando en cuenta que también cometió actos terroristas aquí.
El discurso de la política internacional del gobierno de Bush es la lucha contra el denominado terrorismo internacional, que, según los halcones de Washington, es argumento suficiente para las invasiones y los hostigamientos que Estados Unidos ha pertrechado desde 2001. La liberación de Posada Carriles demuestra una vez más- que la cruzada antiterrorista del país del norte es una pantomima, y que poco le importa que otro terrorista ande suelto en Miami, mientras se trate de un discípulo de la Casa Blanca. Después de todo, hasta el propio Osama Bin Laden alguna vez fue un terrorista bueno, amigo íntimo de la familia Bush. ¿Estará el jefe del Al-Qaeda, al igual que el terrorista cubano, disfrutando de las costas de Florida?
Por Roberto Guerra
raguirre@prensamercosur.com.aR
Santiago de Chile, 21 de abril 2007
Crónica Digital , 0, 33, 11