“Tratar de unir y desplegar ese pensamiento es también defender la identidad, que requiere de estrategias de gobierno”, declaró a Prensa Latina la viceministra cubana de Educación, Tomasa Romero, tras participar aquí en la II Reunión Intergubernamental del Proyecto Regional de Educación.
Aseguró que excluidos los casos de Venezuela, Cuba, Bolivia y otros países adscritos a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), en la región prevalece la falta de financiamiento y voluntad para desarrollar programas masivos de educación.
En tal sentido, resaltó, Cuba dentro de su política y principios muy bien definidos está presente con la posibilidad de entregar solidaridad a países, y en particular a América Latina y el Caribe.
La disposición de la isla es contribuir, no con lo que le sobra porque no sería solidaridad, sino compartir. Tenemos muy claro que nuestra obra no está aún concluida, precisó.
Respecto al foro que sesionó en Buenos Aires y a sus resultados, respondió que hay cierto interés en mejorar, “lo que la realidad regional no permite hacer avances significativos en cuestiones de esencia”.
Primero, se preguntó la viceministra, en qué medida disminuyó el analfabetismo y los analfabetos funcionales, cuál es la política que se definió para la integración, teniendo en cuenta las posibilidades que proporciona el ALBA.
“Creo que es poco lo progresado para la necesidad que tiene América Latina y el Caribe de prosperar en un sector tan importante como la educación”, apuntó.
Para Romero, la formación y elevación de la capacidad profesional de los docentes, salvo excepciones, empeora como resultado del insuficiente financiamiento para completar y modernizar la infraestructura material y el claustro de los centros formadores.
Bajo ese contexto económico y social, la educación en valores, que maestros se empeñan en lograr en las escuelas, se enfrenta a la influencia de un medio social adverso, que la limita o la niega totalmente, sentenció.
De acuerdo con organismos internacionales, en América Latina, la de mayor inequidad en el mundo, 41 millones de niñas y niños están sumidos en la indigencia y 22 millones tienen que trabajar para poder sobrevivir.
Se estima que hay 40 millones de analfabetos totales, sin contar el enorme analfabetismo funcional que aún subsiste.
Buenos Aires, 3 de abril 2007
Prensa Latina , 0, 17, 21