Expertos de la Universidad de Cambridge hallaron el gen en menores de una familia paquistaní, aunque el interés lo despertó un niño que empleaba su condición para sobrevivir: caminando sobre carbones encendidos, o enterrándose cuchillos en los brazos.
El muchacho murió al caer de un tejado, antes de ser estudiado por los científicos.
Las personas analizadas sienten sensaciones de frío o calor y pueden ubicar su percepción en el espacio, una capacidad llamada propiocepción, que permite mantener el equilibrio y caminar.
No obstante, son insensibles al dolor, por lo que presentan lesiones en la lengua y los labios, por mordidas autoprovocadas, e incluso algunos fueron sometidos a cirugía plástica.
Otros sufrieron quemaduras o fracturas detectadas con posterioridad por no utilizar un miembro o mostrar cojera, explicó Geoffrey Woods, genetista del Instituto de Cambridge para la Investigación Médica.
En las pruebas genéticas realizadas, el equipo encontró una mutación en el gen SCN9A, que modifica la actividad de un canal de sodio específico llamado Nav1.7.
El científico indicó que las variaciones del gen podrían explicar las diferencias en la percepción del dolor, indicó Woods.
Según el artículo, el hallazgo podría ser útil para el desarrollo de analgésicos, capaces de aliviar los dolores crónicos.
Londres, 15 diciembre 2006
Prensa Latina , 0, 113, 10