José Luis Machinea, secretario ejecutivo de la CEPAL, presentó el “Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2006”, en que destacan por encima del 10 por ciento varios países del Caribe: Cuba, Trinidad-Tobago, Antigua-Barbuda, Venezuela y República Dominicana.
Sobre Cuba, que registró un 12,5 por ciento, Machinea comentó que ese alto crecimiento se debe no solamente al aumento de la exportación de servicios, sino también al auge de los sectores de la construcción y el comercio.
El directivo planteó que su informe es uno de “optimismo con cautela” y señaló que los países de la región deben aprovechar la actual situación para consolidar éxitos futuros.
Dijo que su optimismo se base en que la región “crece más y mejor que en el pasado”, pero recomendó tener cautela por la incertidumbre de la evolución futura de la economía mundial y cuestiones pendientes sobre la sostenibilidad del crecimiento.
Entre los desafíos de la política económica de la región, opinó que, en el mediano plazo, hay que sentar bases para hacer sostenible el crecimiento, con inversión en capital físico y humano, incremento de la productividad y diversificación de la estructura productiva.
Para 2007 se espera una ligera desaceleración del crecimiento y se proyecta un aumento del Producto Interno Bruto regional del orden de 4,7 por ciento.
Machinea recordó que el entorno internacional favorable permitió a la región en su conjunto aumentar sus exportaciones 8,4 por ciento, a lo que se sumó una mejoría en los precios de los principales productos de exportación.
En este año el crecimiento del ingreso nacional de los países de la región superó al del PIB en casi dos puntos, alcanzando un 7,2 por ciento merced a los ingresos generados por la mejora de los términos de intercambio y al incremento de las remesas recibidas del exterior.
A esto se sumaron factores como la creciente confianza de los inversionistas y consumidores, tasas de interés reales relativamente bajas, aumento del gasto público y de la masa salarial debido a la expansión del empleo y una moderada recuperación de los salarios reales.
El gasto público aumentó por las inversiones en infraestructura física y social, pero gracias al incremento de los ingresos fiscales se mantiene un creciente superávit primario de los gobiernos centrales y un decreciente déficit global.
El Balance indica que la “mayoría de los países registró un descenso de la inflación, que bajó de 06,1 por ciento (promedio ponderado) en 2005 a un 4,8 en 2006.
En materia de empleo, la CEPAL señala que el crecimiento económico estimuló la generación de puestos de trabajo. La tasa de desempleo abierto continuó su descenso iniciado en 2004, aunque de manera más pausada (caída de 0,4 puntos), para situarse en el 8,7 por ciento.
En tanto, los salarios reales también se beneficiaron de la mayor demanda laboral y crecieron cerca del tres por ciento, en promedio.
Por otra parte, los valores de las exportaciones e importaciones de bienes de la región aumentaron 21 y 20 por cientos, respectivamente.
Asimismo, el superávit de la cuenta corriente de la balanza de pagos creció de 1,5 del PIB en 2005 a 1,8 por ciento en 2006.
“Otro rasgo distintivo del período de crecimiento que atraviesa América Latina es que está acompañado de una significativa reducción de su vulnerabilidad frente a la eventualidad de shocks externos”, dice el informe.
Esto gracias a la adopción de tipos de cambio flotantes en varios países, junto a la reducción del peso de la deuda externa y a un incremento de sus reservas internacionales.
Para el próximo año, la CEPAL prevé que el contexto internacional continuará siendo positivo para la región, aunque menos favorable que el de 2006, dado que se espera una desaceleración del crecimiento mundial, que se situaría en torno al tres por ciento.
La mantención del crecimiento del PIB regional durante 2007 se sustenta en la existencia de un entorno macroeconómico interno sano y en el impacto que tendrá sobre la demanda interna este mismo proceso continuo de expansión.
CEPAL señala que este es un hecho muy auspicioso, ya que en el pasado la región siempre sufrió de un elevado grado de volatilidad macroeconómica que conspiró contra la inversión, con lo que los países vieron afectada su capacidad de alcanzar un crecimiento sostenido.
El informe alerta sobre la necesidad de contar con mecanismos que sostengan la competitividad externa de la región, mediante un mayor crecimiento de la productividad.
Expresó asimismo que es un imperativo institucionalizar aquellos instrumentos que los países han desarrollado para garantizar el equilibrio de las cuentas públicas y la estabilidad frente a las fluctuaciones de los ciclos económicos.
Santiago de Chile, 15 de diciembre 2006
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