Para el delegado del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) Raúl Prada, al fijar mayoría absoluta para la aprobación de los artículos y los dos tercios para el texto final de la futura Carta Magna, el foro se adentra en la cuestión de fondo: la creación de la nueva República.
Ese proyecto, opinó, debe partir de la crisis actual de la relación Estado colonial-sociedad y responder a los reclamos de los movimientos sociales de refundar un país que reconozca la diversidad y las múltiples formas institucionales.
Según Prada, el viejo Estado y sus arcaicas instituciones hicieron crisis, excluyeron a las regiones y a los pueblos originarios y, finalmente, generaron violencia.
Por eso no es de extrañar, afirma, que desde su instalación el pasado 6 de agosto en la sureña ciudad de Sucre, la Asamblea se haya visto acosada por presiones de sectores conservadores y grupos de poder económico que insisten en funcione bajo los viejos moldes.
Prada asegura que desde 2003, con la revuelta social que motivó la salida del ex mandatario Gonzalo Sánchez de Lozada, también colapsaron el viejo sistema y sus defensores, los partidos tradicionales.
Sin embargo, la más reciente decisión de ese foro es rechazada por unos seis prefectos (La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni), que también cuestionan una norma que establece el control social de su gestión.
Por su parte, grupos contrarios al gobierno como Poder Democrático Social (Podemos), manifestaron su protesta por lo que consideraron una “violación flagrante de la Constitución”.
La oposición responsabiliza al MAS de los hechos futuros que pudieran producirse en el país.
También el jefe de bancada de Unidad Nacional, el acaudalado empresario Samuel Doria Medina, dijo que mantendrá una huelga de hambre junto a siete de sus asambleístas, por lo que llamó avasallamiento de la legalidad institucional.
Las fuerzas derrotadas contundentemente en la votación, anunciaron otras acciones legales para impugnar judicialmente, el carácter originario del foro.
Para el presidente Evo Morales, las nuevas amenazas de escisión de la nación andina son parte de una vieja campaña orquestada por quienes vivían del Estado e intentan confundir a la población.
El mandatario defendió la víspera el carácter originario de la Asamblea, pues le otorga poderes absolutos con el fin de decidir sobre la nueva Bolivia que aspira el pueblo y los movimientos sociales, apuntó.
Morales señaló que hasta la fecha el país ha conocido unas 18 Asambleas Constituyentes, pero derivadas, que quiere decir subordinadas a los poderes establecidos y como consecuencia, el país no ha sentido cambio alguno.
Según analistas, tras el acuerdo político de declarar originario a ese foro, y por tanto reconocerle como poder supremo, con el aval de casi todos los partidos, la oposición radical se ha visto aislada.
Ante esos desafíos, no pocas voces se levantan para sugerir a los 255 delegados la necesidad de deponer actitudes inflexibles y dejar de velar por intereses sectarios, para pensar en Bolivia.
El propio vicepresidente de la República, Alvaro García reconoció que este proceso ha sido un aprendizaje sobre la construcción de alianzas políticas, acuerdos, tensiones, y posiciones antagónicas.
La Asamblea, asevera, es un buen laboratorio para adquirir capacidad de negociación y articular intereses, aunque preocupa las posiciones radicalizadas en la oposición, agregó.
Acerca de las demandas de autonomía de los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, recordó que el pasado 2 de julio se celebró un referéndum que se saldó con un 58 por ciento de votos en contra y un 42 por ciento a favor.
Subrayó así que el gobierno está dispuesto a tratar el tema siempre que no se pongan en duda los principios fundamentales y materiales de la unidad nacional.
La Paz, 19 de noviembre 2006
Prensa Latina , 0, 70, 11